Uno de los principales dolores de cabeza para los usuarios durante los años de pandemia, ha sido el alza que han experimentado las cuentas de luz, dada la precaria situación de muchas personas a nivel de ingresos, empleo y estabilidad económica. Lo anterior, ha obligado al Gobierno y a las empresas generadoras a buscar soluciones momentáneas como extender la suspensión de cortes a personas con deudas vigentes. Sin embargo, el tema sigue generando visiones disimiles.

Según la empresa internacional Global Petrol Price, que calcula el valor domiciliario de pago en consumo eléctrico en un centenar de países, en Chile se paga US$0,189 por kWh, más barato que en Uruguay, pero más cara que en Perú, Colombia, Brasil y Argentina, lo que ha llamado la atención en nuestro país por invertir en Energías Renovables no Convencionales (ERNC), siendo la urgencia contra el cambio climático y reducir la carga financiera de las personas los principales objetivos que de aumentar energías “limpias” o libres de combustibles fósiles.

En este momento la generación desde fuentes inagotables no contaminantes alcanza el 24% de la capacidad instalada de la matriz nacional, lo que se traduce en un avance considerable, tomando en cuenta la posición en que el país se encontraba en el año 2011, y comparándola con una capacidad instalada de 540MW a 6.113MW este 2021, con proyectos en proceso de construcción y otros de licitación.

Considerando lo anterior, y ya cubiertos los grandes proyectos, la mayor inquietud por ahora se sitúa en como hacer extensible la energía limpia para todos, incluyendo espacios como condominios, edificios, casas, colegios e instituciones, con el fin de sumarlos al aporte frente a la crisis climática, e igualmente, poder reducir concretamente su gasto eléctrico mensual.

Desde la publicación de la Ley Netbilling, o de “generación ciudadana”, que entró en vigor el 2015, las empresas distribuidoras están obligadas a pagar por el excedente de energía que el sistema inyecte a la red en horarios de alta generación y bajo consumo. Así, el hogar que instale un sistema de paneles solares seguirá recibiendo su cuenta de luz mes a mes, pero ésta se verá disminuida gracias a la producción de energía sol.

A su vez, la ley permite que toda persona pueda ser generadora de su propia electricidad, bajo estándares de seguridad regulados y, con ello, terminar con el paradigma de la distribución eléctrica tradicional y de parte de los cobros de las empresas de distribución. Lo anterior se logra, por ejemplo, por medio de la instalación de paneles solares fotovoltaicos en el techo de los hogares, algo que hace años era impensado o visto como una opción altamente costosa, pero que hoy puede estar al alcance de muchas personas.

De esta manera, se puede terminar con el paradigma de dependencia del Sistema Interconectado Central y de los cobros de las empresas de distribución. Lo anterior se logra, por ejemplo, por medio de la instalación de paneles solares fotovoltaicos en el techo de los hogares, algo que hace años era impensado o visto como una opción altamente costosa, pero que hoy puede estar al alcance de todos.

Actualmente, en el país disponemos de distintos modelos de trabajo que se adaptan a la medida de cada usuario, vivienda o espacios de cohabitantes, generando innovadores modelos de negocio y financiamiento. Con esto las personas no sienten la diferencia entre estar conectado al sistema tradicional o a la fuente inagotable que les instalamos. De hecho, solo obtienen beneficios, siendo el más relevante la reducción mensual de sus cuentas de luz, en torno al 35% menos de pago por electricidad sin Inversión Inicial, e incluso, pudiendo llegar a reducir al 100% de ahorro su consumo anual.

En términos simples, por ejemplo, una casa en Las Condes que consume en promedio al año 300 kWh, paga app. $37.000 en su cuenta y, con un sistema de 8 paneles (3,28 kWp instalados), logrará un ahorro promedio al año de un 100% de su cuenta”, sintetiza Steinacker.

Uno de los objetivos planteados en la Política Energética Nacional es poder alcanzar al menos el 70% de generación de energías renovables para el año 2050, con el fin de apoyar la economía de las personas y los desafíos del cambio climático.

Un punto a destacar es el reciente reconocimiento a Chile por parte del reporte Climatescope 2021 de Bloomberg New Energy Finance, como el mejor país para invertir en energías renovables en América, superando a Brasil, Canadá y Estados Unidos.

Sin duda, 2021 se ha consolidado como la década que podría posicionar a Chile como país líder en energías limpias, lo cual impone desafíos imperantes para el futuro gobierno de turno, en cuanto a seguir impulsando este tipo de iniciativas, pero todavía falta un pequeño empujón para que todos podamos ayudar a hacer extensibles estas soluciones. Con nuevas metas y con la participación tanto del Estado como de privados, estaremos limpiando nuestro país, ayudaremos a frenar el cambio climático y a mejorar la calidad de vida de todos los chilenos y chilenas.

Tomás Steinacker
Socio fundador de Ciudad Luz – Energía Solar Fotovoltaica (EFV)

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