En mayo del próximo año comenzará a regir una nueva ley en el estado de Washington -Estados Unidos- que permitirá que los difuntos puedan ser transformados en compost, según informó AFP.

La idea nació luego del debate que busca mejorar las condiciones ambientales, ya que aseguran que las formas de sepultura tradicionales provocan contaminación.

En conversación con el Expreso Bío Bío de La Radio, Manuel Valenzuela, doctor en Ciencias Biomédicas y docente de la Universidad Central, comentó que al año mueren cerca de 60 millones de personas, lo que tiene un impacto que causa contaminación ambiental.

De acuerdo a lo explicado por Valenzuela, legalmente en Chile se puede realizar la cremación de un cuerpo o también se puede sepultar en un nicho o en la tierra. Sin embargo, aseguró que “todas esas opciones tienen una consecuencia ambiental, producen contaminación”.

Estudio ambiental

Además mencionó un estudio que se realizó en París, en el cual se analizó cuánto contaminan esas tres opciones utilizando como parámetro la generación de dióxido de carbono en la atmósfera.

“La forma menos contaminante para el medio ambiente podría ser la sepultura, pero sin ataúd. Esa sería la óptima porque el cuerpo se desintegra como lo hace la naturaleza normalmente y se descomponen los constituyentes moleculares. Eso sería lo mejor, pero no se puede hacer legalmente”, explicó.

Debido a que aquella opción no se puede hacer, Valenzuela indicó que “una de las formas menos contaminantes es la incineración. Las más contaminantes son lamentablemente las que más usamos en Chile: las sepulturas”.

“Entre más compleja la sepultura, es más contaminante. Al hacer una sepultura necesita una lápida, necesita una estructura de hormigón, muchas veces una escultura. Eso contamina porque para poder obtener ese material hay que hacer un proceso que es contaminante”.

Sin embargo, precisó que la cremación igual tiene una parte contaminante porque tiene un consumo de combustible que genera CO2.

Sobre la ley aprobada en Estados Unidos, Valenzuela explicó que, tras un proceso por el cual deben someter al fallecido, “la idea es que en 30 días el cuerpo está completamente desintegrado. A la gente se le entregan dos carretillas con un abono que es parecido a la tierra de hoja”.

Escucha la entrevista completa a continuación: