Lo paradójico es la historia del Frente Amplio: vivir preocupados de los medios y no de los fines.
Hace unos días el FA salió a defender la que llamó una “clase magistral” de la DIPRES para explicar cómo se habían sacado fondos de la CORFO para financiar el déficit del gasto público. Para ser honesto, hasta ahora la única clase magistral que he observado es cómo se destrozó lo que era una política de Estado: usar los recursos que generaba la CORFO y su patrimonio para apoyar la inversión en I +D y emprendimiento en Chile.
Esa era la razón de que la CORFO tuviera un patrimonio propio: usar sus recursos en el desarrollo económico, no como caja pagadora de la mala planificación de Hacienda en situaciones de normalidad.
Nuestra DIPRES (Dirección de Presupuestos) nos acaba de comunicar que los recursos generados por la CORFO y su patrimonio hoy pueden ir a parar a cualquier destino -en este caso cubrir los excesivos gastos fiscales y malas proyecciones de ingresos-. Es decir, tapar los hoyos generados por la política y la mala administración.
Es una forma elegante de poner la lápida a la estrategia de desarrollo basada en I+D.
El superciclo del precio del litio tendrá un final similar a lo que pasó con salitre: está financiando una política de salón preocupada de costear su propia burocracia -y los casi 100 mil funcionarios públicos adicionales- y no del crecimiento de Chile.
Simplemente, se gastaron la friolera suma de $ 3.5 billones de pesos en cubrir el déficit generado por la burocracia y sus malas proyecciones. Lo paradójico es la historia del Frente Amplio: vivir preocupados de los medios y no de los fines.
Hoy se arriman en defender la legalidad de la medida -la misma legalidad que despreciaron en la convención constitucional y el estallido social- y no sus resultados: defienden gastarse los ingresos generados por los recursos naturales, en fomentar el desarrollo industrial y productivo del país.
Ni el más neoliberal se habría atrevido a tanto.
Y más allá de sus propios cuentos, citas a Goebbels y “clases morales”, los resultados son trágicos: en estos años no se habrá hecho nada más que pagar deudas con los mayores ingresos del litio.