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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El joven ucraniano Bagdán, quien escapó de su país a fines de 2023, ha recibido la residencia temporal por parte del Servicio de Migraciones tras la ayuda de su tutor chileno Rodrigo Provoste. Este misionero albergó a Bagdán en San Pedro de la Paz y destacó la importancia de la resolución que permitirá al joven acceder a trabajo, educación y salud. La cédula de identidad, obtenible con la visa de residencia entregada por el alcalde Juan Pablo Spoerer, es un paso clave en el largo proceso de solicitud de refugio que durará varios años, según admitió el Instituto de Derechos Humanos.

Solo un par de jornadas después de que Bío Bío Televisión dio a conocer el caso de Bagdán, un joven ucraniano de 20 años que salió de su país natal a fines de 2023, el Servicio de Migraciones concedió la residencia temporal. Esta resolución fue informada por la directora del INDH en el Bío Bío, Carolina Chang.

Bagdán recibió la ayuda de Rodrigo Provoste, su tutor y un misionero chileno, quien lo ha albergado en su casa en la comuna de San Pedro de la Paz. Provoste hizo pública la historia del joven, agobiado y preocupado por la lentitud del sistema ante el cual Bagdán solicitó la calidad de refugiado.

Cabe señalar que el alcalde de San Pedro de la Paz, Juan Pablo Spoerer, hizo la entrega de la visa. Esta le permitirá al joven acceder a un trabajo, a la educación y al sistema de salud.

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Es muy poco el español que Bagdán maneja, pero con las palabras que ha aprendido el joven manifestó su felicidad y también agradeció por la ayuda recibida.

Y justamente la cédula de identidad es lo que Bagdán podrá obtener con la visa de residencia. El documento fue entregado personalmente por el alcalde de San Pedro de la Paz, Juan Pablo Spoerer, quien subrayó que si bien se trata de un permiso temporal es renovable mientras se tramita la solicitud de refugio.

Rodrigo Provoste, a quien el joven ucraniano ya considera un padre, dijo que lo más importante es que la residencia aleja el fantasma de la deportación con el que han vivido este tiempo.

Con la visa de residencia se activa la solicitud de refugio para Bagdán, un trámite que el Instituto de Derechos Humanos admitió será de varios años.