Pese a considerar que fue tardío, la familia del sargento, Luis Monares Castillo, valoró que el Ejército haya rendido un homenaje póstumo a quién fue el único soldado de planta que falleció en la tragedia de Antuco en 2005.
Como lo informó en su oportunidad La Radio, durante la ceremonia de juramento a la bandera en Santiago, la institución castrense entregó un reconocimiento al sargento Monares por su valentía y haber luchado por salvar la vida de un compañero de armas, quién logró sobrevivir a la tormenta de viento blanco aquella fatídica marcha del 18 de mayo.
Junto con lo anterior, fue ascendido al grado de Suboficial Mayor, lo que representa la más alta investidura jerárquica en la carrera del personal del cuadro permanente y que simboliza la cúspide de la carrera militar en este estamento.
Su hermana, Angélica Monares, presidenta además de la Agrupación de Familiares y Amigos de las Víctimas de Antuco, indicó que por años le pidieron al Ejército este gesto y que se investigara el actuar heroico de su hermano en esta tragedia, donde fue el único soldado de planta que perdió la vida tras la orden de marchar en medio del viento blanco.
En este reconocimiento póstumo, su viuda Roxana Vargas, recibió la medalla al valor y su hijo mayor que también es parte del Ejército, las presillas de suboficial mayor de manos del Presidente de la República Sebastián Piñera, en una ceremonia realizada bajo estrictos protocolos sanitarios.