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Resumen generado con una herramienta de Inteligencia Artificial desarrollada por BioBioChile y revisado por el autor de este artículo.

El ministro de Seguridad Pública, Luis Cordero, respondió a críticas al Plan Nacional de Búsqueda tras descubrirse que Bernarda Vera, considerada detenida desaparecida durante la dictadura, habría vivido en el extranjero. Las investigaciones de la periodista Pascale Bonnefoy cuestionaron el caso en mayo de 2024. Cordero comunicó la situación en enero de 2025 a la hija de Vera, antes de la confirmación oficial de Suecia. Pidió respeto a la familia y explicó que el Estado no tenía información previa. Admitió posibles errores históricos en calificaciones de víctimas, pero negó cambios administrativos en listados.

El ministro de Seguridad Pública y ex titular de Justicia y Derechos Humanos, Luis Cordero, respondió a los cuestionamientos surgidos contra el Plan Nacional de Búsqueda tras conocerse que Bernarda Vera, hasta ahora considerada como detenida desaparecida durante la dictadura de Augusto Pinochet, en realidad habría vivido en el extranjero.

Según explicó la autoridad, fue recién en mayo de 2024 cuando las autoridades conocieron los primeros antecedentes que pusieron en duda la veracidad del caso, tras las investigaciones realizadas por la periodista e investigadora Pascale Bonnefoy.

“Cuando las primeras indagaciones de la investigadora Pascale Bonnefoy dieron indicios de que el relato asociado a la situación del hecho ocurrido en Liquiñe no era relativamente consistente pese a la calificación que ya existía por el informe Rettig, fue comunicado en mayo del 2024″, detalló Cordero.

“A partir de esa fecha, el equipo del programa de Derechos Humanos y a cargo el Plan Nacional de Búsqueda emitió oficios reservados a distintas instituciones, entre ellas la PDI, Acnur y el Ministerio de Relaciones Exteriores”, señaló.

Ministro Cordero pidió respeto por la familia de Bernarda Vera

Asimismo, el ministro subrayó que la información se manejó con extrema reserva y que se optó por comunicar los antecedentes a la única hija de Vera en enero de 2025, antes de que el Estado de Suecia confirmara oficialmente la situación en mayo de este año.

“Este caso es muy importante porque uno no debe perder de perspectiva el cuidado especial con los familiares de las víctimas. La hija de Bernarda Vera ha tenido apoyo y entrevistas por parte del programa. Sería redundar en el dolor insistir públicamente sobre un hecho de estas características. Hay que resguardar la verdad, pero también el dolor de los familiares”, remarcó Cordero.

“Nosotros entendemos que ella y su familia han actuado no solo de buena fe, sino con total desconocimiento de esta situación. Todos debiéramos actuar con respeto y extrema prudencia”, concluyó.

Consultado respecto a por qué no se denunció antes ante la justicia, el secretario de Estado explicó que los oficios enviados a distintas instituciones entre 2024 y 2025 no arrojaron resultados concretos, hasta que el Estado sueco entregó la confirmación de residencia de la mujer.

“Yo de la primera noticia que tuve de esto fue en mayo del 2024. No tengo antecedentes de que el Estado de Chile hubiera recibido información sobre este caso antes de esa fecha, al menos en el marco del Plan Nacional de Búsqueda”, aseguró.

Posibles nuevos casos de falsos detenidos desaparecidos

Sobre la posibilidad de que se repitan situaciones similares, Cordero admitió que “hay antecedentes” de errores en calificaciones históricas, pero descartó que el Gobierno pueda modificar listados de manera administrativa.

“Lo que sí el Estado de Chile tiene conocimiento es que hay muchas víctimas no calificadas, o que bien sus calificaciones fueron rechazadas en la Comisión de Verdad y Reconciliación, y que luego mediante la construcción de trayectorias se ha podido detectar errores. No es posible hoy retirar administrativamente a víctimas del listado del informe Rettig”, explicó.

Asimismo, el ministro descartó una eventual renuncia de la actual coordinadora del Plan Nacional de Búsqueda, Magdalena Garcés, y pidió “prudencia y moderación” en el debate público.