A dos días de la entrada en vigencia del horario de invierno, donde tendremos días “más cortos”, aún surgen interrogantes del eventual perjuicio que existe ante la baja exposición a la luz natural.

Este sábado 6 de abril, los relojes deberán atrasarse 60 minutos a las 23:59 horas. Además de la leve alteración al ciclo circadiano, ¿esto afecta a la productividad de los trabajadores?

Isaías Sharon, psicólogo laboral y director ejecutivo de Smartcoach, explicó que “las horas de luz natural activan en nosotros ciertas sustancias que nos ayudan a estar con más energía y con mayor disposición a las actividades”.

Así, añadió que “tener menos horas de luz baja nuestra capacidad de concentración, porque se genera menos endorfina en el cerebro (…) Eso va a impactar obviamente en la productividad y debe ser compensado”.

Recomendaciones

Sharon recomendó adaptar algunos hábitos y espacios para compensar los efectos del horario de invierno.

En el trabajo, por ejemplo, sugirió asegurar una buena luminosidad y una luz cálida dentro de la oficina o espacio donde se desempeñen las labores.

Asimismo, se debe poner atención al ejercicio y la alimentación, realizando pausas activas dentro de la jornada laboral y evitando los azúcares, “que si bien activan nuestro organismo, afectan nuestra claridad mental por la sobre la estimulación del organismo”.

Respecto a estas pausas activas, sugirió levantarse -cada cierto tiempo- para moverse, caminar y alejarse del espacio laboral.

Con el horario de invierno, la mayoría de los estudiantes y trabajadores se levantan a oscuras y luego salen cuando ya casi no hay luz.

Finalmente y en la medida de los posible, se debe organizar la jornada laboral para que ésta se pueda adecuar a las horas de luz. “Chile es uno de los países con la jornada más larga y menos productiva. En ese sentido, es mejor trabajar 6 horas, pero que sean las 6 horas de luz”, remató el profesional de salud mental.