La capital ucraniana, Kiev, despertó este viernes con un nivel de contaminación récord para la ciudad y envuelta en una espesa humareda procedente de los incendios forestales en una zona de exclusión de Chernóbil.

Kiev, que cuenta con más de tres millones de habitantes, sufrió el jueves por la noche una tormenta de arena provocada por ráfagas de viento, antes de hundirse en una enorme nube de humo con un fuerte olor a quemado.

El viernes por la mañana, Kiev aparecía al frente de la clasificación de niveles de contaminación, establecido por IQAir, empresa especializada en tecnología de calidad del aire con sede en Suiza.

Las autoridades responsabilizaron a los incendios forestales, en particular en la zona de exclusión de Chernóbil, escenario en 1986 del peor accidente nuclear de la historia y ubicado a unos 100km de Kiev, así como a la quema masiva de pastizales secos que realizan campesinos, una práctica muy común en Ucrania.

“El fenómeno no representa amenaza química ni radiológica”, aseguró el servicio del Estado para situaciones de emergencia.

Observadores independientes confirmaron que la tasa de radiación en Kiev no superaba los niveles normales.

Las autoridades pidieron a los habitantes de la capital que permanezcan en casa con las ventanas cerradas.

El reactor número 4 de la central de Chernóbil explotó el 26 de abril de 1986, contaminando, según ciertas estimaciones, hasta tres cuartas partes de Europa. Tras esta catástrofe, las autoridades evacuaron a centenares de miles de personas y un amplio territorio, de más de 2.000 km2, fue abandonado.

Otros tres reactores de la planta continuaron funcionando tras aquel desastre. El último fue detenido en 2000, lo que marcó el fin de toda la actividad en la central de Chernóbil.