Decenas de miles de checos se manifestaron este martes en el centro de Praga para pedir la dimisión del primer ministro, el millonario populista Andrej Babis, acusado de fraude en las subvenciones europeas y de conflicto de intereses.

La manifestación se produce una semana después de la reapertura de una investigación contra este político de 65 años, que estaba abandonada desde septiembre.

Dos importantes marchas pidiendo la dimisión de Babis, en junio y noviembre, reunieron a cerca de un cuarto de millón de personas cada una, en lo que constituye unas de las manifestaciones más importantes desde la caída del comunismo en el país en 1989.

Babis rechaza las acusaciones y se niega a dimitir.

“Este tipo tiene la piel gruesa; tranquilo y seguro de que la gente comprará sus mentiras no es un hombre que debería representarme”, declaró a la Agence France-Presse uno de los manifestantes, Josef Smycka, jubilado de la ciudad de Olomouc, en el este del país.

Según la policía, hasta 50.000 personas han participado en la manifestación en la plaza de Wenceslas, organizada por el movimiento Millones de Momentos para la Democracia.

Considerada por Forbes la cuarta fortuna checa, Babis es sospechoso de haber abusado de subvenciones europeas a pequeñas empresas para construir en 2007 cerca de Praga su complejo hotelero y agrícola “Nido de cigüeña”, cuatro años antes de su entrada en política.

La semana pasada, los medios checos publicaron la filtración de un informe de auditoría solicitado por la Comisión Europea según el cual, con su doble vertiente de hombre político y hombre de negocios, Babis se encuentra en situación de conflicto de intereses.

Babis, por su parte, niega categóricamente haber cometido cualquier acto reprensible, y afirma haber confiado su holding Agrofert a dos fondos fiduciarios, de acuerdo con la ley checa de conflicto de intereses.