Este 25 de mayo se conmemora un año de la muerte del afroestadounidense George Floyd a manos de la policía de Minneapolis. Y aunque su asesinato tuvo muchas consecuencias, en Estados Unidos los cambios no son tan evidentes para la población negra.

Luego de la muerte de Floyd, asfixiado hace un año por un policía, el primer cambio que se dio fueron las manifestaciones múltiples en todo el país.

Esto se convirtió en el movimiento de protesta por las vidas negras (Black Lives Matter) en el más grande en la historia de los Estados Unidos.

La indignación pública por el racismo en el país norteamericano se manifestó en todo el mundo.

Provocó protestas en las calles de Berlín, Londres, París y Vancouver, así como en ciudades capitales de África, América Latina y Medio Oriente.

Consecuencias en Estados Unidos

El surgimiento del movimiento Black Lives Matter cobró tal importancia que casi 170 símbolos confederados fueron rebautizados o retirados de los espacios públicos en apoyo a este alzamiento.

En más de 30 estados se aprobaron nuevas leyes de supervisión y reforma policial desde el asesinato de Floyd, lo que otorgó más autoridad a los estados y puso a la defensiva a los sindicatos policiales.

Los cambios incluyen la restricción del uso de la fuerza, la revisión de los sistemas disciplinarios, el establecimiento de una mayor supervisión civil y la exigencia de transparencia en los casos de mala conducta.

El empuje que desencadenó la masiva protesta por Floyd, contra el racismo y la brutalidad policial tocó todos los aspectos sociales.

Las grandes empresas de EEUU, como Facebook, Walmart y Google se comprometieron rápidamente con miles de millones de dólares a causas de equidad racial.

Hoy, ya un año más tarde están bajo presión para rendir cuentas.

La concientización del racismo en la población estadounidense también aumentó. Una encuesta mostró que, desde la muerte de George Floyd, 6 de cada 10 estadounidenses reconoce que la discriminación racial es un problema grave.

Y no solo esto, sino que también afirman que el uso de la fuerza policial excesiva afecta mayormente a los afroamericanos.

Los estadounidenses blancos que no estaban familiarizados con el concepto de “racismo estructural” llevaron a que varios libros sobre el tema ocupen los primeros lugares en las listas de los más vendidos.

Un cambio real lejano

A pesar de que el balance de cambios a partir de la muerte de Floyd parezca alentador, una transformación real se siente esquiva para muchos afroestadounidenses. Los asesinatos a las personas negras por parte de la policía siguen siendo implacables.

Según las cifras de The New York Times, sólo durante las tres semanas que duró el juicio contra Derek Chauvin, 64 personas murieron.

Esto equivale a tres muertos por día, con una mayoría de víctimas afroestadounidenses y latinas.

“Si somos honestos con nosotros mismos, sabemos que la verdadera justicia es mucho más que un solo veredicto en un solo juicio”, subrayó en Twitter, el primer mandatario afroamericano en la historia de EEUU, Barack Obama, a pesar de aplaudir la sentencia de Chauvin.