El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles en un mitin con sus partidarios en las afueras de la Casa Blanca que nunca admitiría que perdió las elecciones, mientras el Congreso se preparaba para certificar la victoria de Joe Biden.

“Nunca nos rendiremos. Nunca concederemos”, dijo Trump a la multitud que lo vitoreaba, mientras exigía también al vicepresidente Mike Pence a no certificar en el Congreso la victoria de Biden. “Vamos a detener el robo”.

“Si Mike Pence hace lo correcto, ganamos las elecciones”, dijo Trump, asegurando que “Tiene el derecho absoluto de hacerlo”, pese a que la Constitución no da tal poder al vicepresidente.

“Mike Pence tendrá que ayudarnos, y si no lo hace, será un día triste para nuestro país”, añadió Trump, tildando de “débiles” a los legisladores republicanos que planean certificar a Biden.

Según las leyes que rigen el proceso electoral de EEUU, ambas cámaras del Congreso deben reunirse este día en una sesión conjunta para abrir y contar los certificados de los votos electorales correspondientes a cada estado del país.

La sesión, que debe estar dirigida por el vicepresidente estadounidense -en este caso, el republicano Mike Pence-, normalmente es una mera formalidad para validar unos resultados que corroboró el Colegio Electoral, que se reunió el pasado 14 diciembre en cada estado y ratificó la victoria de Biden en las presidenciales de noviembre.

Todos los estados, incluidos aquellos dominados por republicanos, han negado la presencia de fraude electoral masivo y sus Gobiernos han confirmado el escrutinio, con lo que no es necesario que se pronuncien los legislativos estatales, como argumenta Trump.

El mandatario se ha resistido a la victoria de Biden en las elecciones desde que en noviembre quedó claro que había obtenido más votos que el presidente en los estados clave para confirmar la mayoría de los 538 votos electorales asignados los 50 estados de la Unión.

Desde entonces, el presidente y un equipo legal menguante ha perdido todas las acciones judiciales para desafiar el resultado electoral en los estados más importantes, como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania o Wisconsin, hasta que el 14 de diciembre todos los estados del país certificaron a qué candidato asignaban sus compromisarios del Colegio Electoral con base en el escrutinio.

Ese día quedó claro que Biden obtuvo 306 de los 270 compromisarios necesarios para ser el próximo presidente de Estados Unidos a partir del 20 de enero.