El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, dijo este jueves que confía en “lograr la reconciliación”, tras cinco días consecutivos de protestas de manifestantes que exigen su renuncia, y que en la víspera terminaron en enfrentamientos con la policía y arrestos.

“Las manifestaciones que se realizaron en la tarde y noche de ayer no han pasado desapercibidas para mí, para mi familia y ciertamente para nadie en el pueblo de Puerto Rico”, dijo Rosselló en un comunicado.

El gobernador de este territorio estadounidense en el Caribe está salpicado por el supuesto desvío de 15 millones de dólares de fondos federales para la recuperación del huracán María.

Pero el detonante de las protestas fue la filtración el sábado pasado, unos días después del arresto de varios funcionarios de gobierno acusados de corrupción, de un comprometedor chat en el que Rosselló y 11 hombres de su círculo intercambian mensajes misóginos y homofóbicos.

“Reconozco el reto que tengo ante mí por las controversias recientes”, escribió Roselló, “pero creo firmemente en que es posible restaurar la confianza y que podremos, luego de este proceso doloroso y penoso, lograr la reconciliación”.

El presidente de Estados Unidos, quien ha estado enfrentado a las autoridades puertorriqueñas porque cuestiona el manejo de los fondos, se refirió a Rosselló en un tuit: “Hay muchas cosas malas que están pasando en Puerto Rico. El gobernador está asediado”.

Y agregó que aunque los puertorriqueños “son geniales”, “muchos de sus líderes son corruptos y están robándole abiertamente al gobierno de Estados Unidos”.

El miércoles, miles de personas marcharon pacíficamente hacia la Fortaleza, la casa de gobierno en el centro de San Juan, exigiendo la renuncia del gobernador.

La multitud era alentada por artistas como el actor Benicio Del Toro y los cantantes Ricky Martin, Bad Bunny, René Pérez (Residente) e iLe (Ileana Cabra, de Calle 13), entre otros.

Eric Rojas | Agence France-Presse
Eric Rojas | Agence France-Presse

Pero al acabar la marcha, en la madrugada del jueves, los remanentes de la protesta se tornaron violentos y los manifestantes lanzaron piedras y bombas molotov hacia la policía, según denunciaron los propios oficiales luego de responder con gases lacrimógenos.

Los sindicatos convocaron el jueves a otra propuesta hacia la Fortaleza para el viernes por la tarde, junto a un cacerolazo nacional.

Durante la semana, los puertorriqueños también protestaron en las ciudades estadounidenses donde se concentra la diáspora puertorriqueña: Orlando y Miami, en Florida, y Nueva York.