Keroppi es conocido a nivel mundial como un personaje de Sanrio, una pequeña y tierna rana verde. Sin embargo, en la comunidad twittera chilena, este era el alias que utilizaba Alexander Israel, hijo del animador Mauricio Israel, antes de revelarse su parentesco en televisión nacional.
Fue durante el episodio de este domingo de ‘Primer Plano’ que el hombre de 25 años reveló su identidad a la audiencia, donde fue presentado como el “hijo oculto” del comentarista deportivo.
De acuerdo a su relato, siempre fue negado por su padre y fue reconocido recién en 2001 tras una prueba de ADN, pues fue fruto de una infidelidad del comunicador. No obstante, pronto perdieron el poco contacto que tenían, pues en esas fechas en 2009 Israel escapó de Chile debido a millonarias deudas.
Pero, en medio de una infancia de carencias en lo económico y emocional, el joven se hizo conocido en las redes sociales por su cuenta @iosonokeroppi, donde solía publicar mensajes sobre la biblia e incluso en su momento reveló ser hijo de un “famoso de la tele”.
Keroppi, el alias del hijo de Mauricio Israel
No obstante, una de las publicaciones que causó más repercusión fue una carta de despedida, pues intentó suicidarse. En la misma misiva que admitió haber escrito en ‘Primer Plano’, el hijo de Mauricio Israel admitió haber acosado a una usuaria de Twitter.
“Cuando ustedes lean esto, ya me habré dormido en la muerte por mi propia decisión, y estaré a espera de resurrección (Daniel 12:2) si Dios me considera acepto pese a mi decisión, porque el suicidio es pecado (Eclesiastés 7:17)”, comienza escribiendo.
“Lo he hecho porque no aguanto más, porque no le veo una continuación viable a mi vida donde yo pueda tener felicidad”, agregó.
Sobre lo mismo, Alexander Israel dividió la misiva en cuatro partes. En la primera explica su origen, además de su inclinación hacia la religión cristiana, específicamente a los Testigos de Jehová, pues “son los que más se apegan a la biblia”.
“Me obsesioné románticamente con una tuitera”
Ahí revela: “Durante los últimos años viviendo en esa casa, me obsesioné románticamente con una tuitera, de user @noytumama y comencé a pedirle a Dios una idea para poder llegar a estar con ella”.
“A los 18 le envié un ramo de flores rojas con un mensaje de amor a la tuitera con la que estaba obsesionado, porque posteó su dirección accidentalmente en Twitter. Ella se asustó tanto que le escribí para explicarle que había sido yo y no quiso contestarme”, admitió.
Pero no se detuvo ahí: “2 años después, sin embargo, decidió funarme. Yo, que seguía obsesionado, intenté matarme asfixiándome, pero fallé, estuve en terapia y después de intentar apagar mi obsesión romántica me recomendaron ‘transferir’ mis sentimientos a otra persona, y lo hice. Desde los 20 a los 25 seguí obsesionado con ella, yéndome todas las noches a dormir pensando en ella, pidiéndole a Dios todos los días una forma de llegar a ella, teniendo una foto de ella en un relicario con forma de corazón, y abrazando una almohada imaginando que es ella”.
Tras ello, el hombre detrás de Keroppi reveló que perdió su trabajo y entró a la universidad, aunque no puedo estudiar lo que quería. Además, su desempeño no fue el mejor, dado que jamás fue escolarizado. Junto a ello, dijo que nunca pudo hacer amigos, ni establecer una relación amorosa.
Y eso era precisamente lo que él más quería, “tener amigos, muchos amigos, la mayor cantidad posible de amigos”, además de construir una familia.
“Llegar a los 25 sin nunca haber pololeado ha sido horrible“, admitió, por lo que incluso aseveró que deseaba haber nacido en otra época, donde incluso pudiera optar a un matrimonio arreglado, pues lo devastaba no tener descendencia.
Alexander Israel incluso hizo una lista de las personas que quería y como iba a cometer el suicidio con lujos de detalle, además de revelar cómo quería que fuera su funeral y cómo se dispusiera de sus pertenencias tras su muerte.
La reacción de Mauricio Israel
Consultado sobre el documento que publicó en Twitter bajo el usuario inspirado en el personaje de Sanrio, Keroppi, el hijo de Mauricio Israel admitió que: “Esa carta la escribí en un momento crítico en la que estaba en una circunstancia muy triste. Llevaba dos semanas sin medicamentos que yo uso para la depresión. Hace un mes tuve un problema de salud mental en el que estuve internado seis días y en esos días me fueron a ver muchas personas que yo no pensé que existía un vínculo tan grande”.
Sobre lo mismo, aseguró que esa semana iba a conocer por primera vez a su padre en persona, sin embargo, el comentarista deportivo optó por cancelar el encuentro, ya que no quería verlo en esas condiciones.