En medio de una nueva polémica con su padre, Meghan Markle (37) reapareció en público para visitar una residencia de ancianos en Londres, donde lució su avanzado embarazo.

La duquesa de Sussex llegó en solitario al lugar donde se mostró relajada y contenta conversando con los residentes, ex veteranos de la industria del entretenimiento, donde ella participó durante años.

La aparición, que se anunció la semana pasada, se produce un día después de que su padre Thomas Markle le rogara que se pusiera en contacto con él durante una entrevista televisada en Good Morning Britain.

Según el hombre, no ha hablado con Meghan desde mayo pasado, cuando se casó con el príncipe Harry. “Te quiero mucho, eres mi hija y me gustaría mucho tener noticias tuyas”, dijo el hombre de 74 años.

“Cualesquiera que sean nuestras diferencias, debemos ser capaces de resolverlas, somos de la misma familia, así que por favor ponte en contacto conmigo”, añadió. “Espero que esto se resuelva, no puede durar para siempre”, agregó.

El septuagenario, que vive en México, no pudo acompañar a su hija al altar el 19 de mayo en Windsor debido a una operación de corazón.

Pero sobre todo provocó revuelo mediático por posar para unas fotografías de paparazzi a cambio de dinero, lo que puso en compromiso a la familia real británica. “No planeo quedarme callado el resto de mi vida”, sentenció también.

El hombre también aprovechó de enviarle mensajes de apoyo por el primer embarazo de la duquesa. “Espero que todo vaya bien y poder ver a la pequeña Meghan o al pequeño Harry. Tiene que haber un lugar para mí”, insistió.

Tras seducir a la opinión pública británica con su espontaneidad en público, Meghan fue recientemente objeto de numerosos artículos negativos sobre su relación con el personal de la casa real.

Acudiendo en su defensa, su padre afirmó que “siempre ha sido muy controladora, pero nunca ha sido grosera (…) siempre ha sido educada”.