Reactivar el sector de la construcción e impulsar a la vez el acceso a vivienda, son dos de los objetivos por los cuales el Ejecutivo pensó en la clase media al plantear este proyecto de subsidio. Y hubo un número clave, relacionado al gran stock de departamentos y casas nuevas que siguen sin poder venderse ante la contingencia económica y condiciones del mercado.

Con el objetivo de reactivar el mercado inmobiliario y de la construcción -y ayudar a la vez a facilitar la compra de viviendas nuevas- ayer el Gobierno presentó una iniciativa que apuntaría al segmento de la clase media.

De hecho, los ministros de Hacienda y Vivienda, Mario Marcel y Carlos Montes, ya enviaron el respectivo proyecto de Ley al Congreso, con indicación de discusión inmediata.

En detalle, se planteó un beneficio que se otorgaría a través de un crédito tributario reembolsable -rebaja del Impuesto Global Complementario con derecho a devolución- de hasta 16 UTM (equivalente a $1.000.000) durante cinco años, lo que significaría un monto total de apoyo de $5.000.000 por contribuyente.

Las razones para que la propuesta apunte a la clase media se debe al gran stock de viviendas construidas que hay en Chile y que no han conseguido ser vendidas, producto de la contingencia económica y las secuelas de ello en las condiciones del mercado.

“Es importante destacar que junto con apoyar a sectores de la clase media para la adquisición de una vivienda nueva, la propuesta también busca hacerse cargo del stock de viviendas construidas que hoy alcanza las 50 mil y que de alguna manera está siendo un obstáculo, una limitación, para el inicio de nuevas inversiones en viviendas habitacionales. Así que también busca dinamizar al sector de la construcción”, dijo Marcel.

Desde el sector privado, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), Juan Armando Vicuña, valoró la iniciativa y la colaboración público-privado para reactivar la economía.

Sostuvo, en esa línea, que el stock de viviendas disponibles para la venta -contando casas y departamentos nuevos- ascendería incluso a 113.000.

Cómo funcionaría este nuevo subsidio en caso de ser aprobado

El proyecto contempla que todas las personas podrán acceder al subsidio si cumplen con el requisito de comprar una vivienda que se encuentre construida y con recepción final a la fecha de entrada en vigencia de la ley.

También podrán incorporarse a este beneficio aquellas viviendas que a la misma fecha no cuenten con recepción final, pero si exista un contrato de promesa de compraventa posterior a octubre de 2023.

La compraventa debe efectuarse a partir de la entrada en vigencia de la ley. La vivienda adquirida debe estar inscrita a nombre de la persona en el Conservador de Bienes Raíces respectivo antes del 01 de julio de 2024.

Desde Hacienda, explicaron en un comunicado que si este beneficio se concreta “será compatible con el resto de los subsidios para adquisición de viviendas existentes”.

El costo fiscal estimado de este beneficio es de $32.000 millones al año entre 2025 y 2029, mientras que llegaría a $5.000 millones en 2024 en el caso de contribuyentes que hayan alcanzado a utilizar el beneficio tributario durante noviembre y diciembre de 2023.

En un texto que difundió el Gobierno para explicar lo anterior, se mencionaron dos ejemplos para entender cómo aplicaría el beneficio:

-Una persona con un ingreso de $800.000 puede acceder a un departamento de 3 dormitorios y un baño, acogido a DS1 tramo 1, que vale 1.400 UF, accediendo a un subsidio del Estado de 900 UF. Esa persona obtendría un crédito hipotecario para financiar las restantes 500 UF, con un dividendo de $250.000 por 20 años.

Este nuevo beneficio le permitirá cofinanciar cuatro dividendos al año por los primeros 5 años, obteniendo una devolución de impuestos de $1.000.000 cada año cuando se realice la operación renta.

-Una pareja complementa ingresos para adquirir una vivienda con un costo de 2.400 UF. La persona de mayores ingresos dentro del grupo familiar ($1.900.000 líquido mensual) hubiera pagado casi $600.000 al año de impuestos si no hubiera adquirido la vivienda.

Con el beneficio propuesto, obtendría un crédito tributario de $1.000.000. Además, a la base imponible del impuesto global complementario se le descuenta el equivalente al gasto en intereses del crédito hipotecario, que en este caso implica una reducción de impuestos de casi $300.000. Así, la persona obtiene una devolución anual de impuestos de $700.000 durante cinco años.