La operación se materializa en un momento en que el Gobierno francés está redistribuyendo las licencias de televisión digital terrestre y al que se la atribuya no podrá vender su canal durante un periodo de, al menos, seis años.

El magnate franco-libanés Rodolphe Saadé, dueño del gigante de la logística y del transporte marítimo CMA CGM, ha comprado por 1.550 millones de euros el grupo de medios de Altice que tiene como buque insignia BFMTV, principal canal de información de Francia.

La adquisición al conglomerado del empresario Patrick Drahi de su filial de medios, que incluye también la emisora de radio RMC y del canal de deportes con esa misma marca que en la actualidad difunde la Liga de Campeones, se concretará antes del verano, anunciaron este viernes las dos partes.

Saadé potencia así su división de medios de comunicación, que desde 2022 cuenta con diarios regionales asentados en la costa mediterránea, como el marsellés La Provence o Corse Matin, además del económico La Tribune.

El multimillonario franco-libanés se hace con un emblemático canal que, con una audiencia que ronda el 3%, tiene un gran potencial de influencia política en Francia.

En los últimos meses, BFMTV ha visto cómo su hegemonía estaba siendo amenazada por la subida de CNews, propiedad del multimillonario francés Vincent Bolloré, conocido por sus posiciones políticas conservadoras y próximas a la extrema derecha, cuya audiencia se sitúa en el 2,3%.

BFMTV ha sido hasta ahora propiedad de Patrick Drahi, dueño también del operador de las telecomunicaciones SFR, uno de los cuatro grandes grupos de telefonía del país.

Altice está asediado por unas deudas que rondan los 60.000 millones de euros, lo que le obliga a vender activos para sobrevivir.

Con esta operación logra un buen negocio, ya que adquirió ese canal por 800 millones de euros hace diez años, pero se deshace de uno de sus activos rentables, ya que en el último ejercicio facturó 351 millones y obtuvo un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 109 millones.

La operación se materializa en un momento clave, ya que el Gobierno francés está redistribuyendo las licencias de televisión digital terrestre y al que se la atribuya no podrá vender su canal durante un periodo de, al menos, seis años.