Latam dio a conocer hoy sus resultados financieros correspondientes al segundo trimestre del año, donde tuvo una utilidad neta de $145 millones de dólares explicado principalmente por mayores ingresos del segmento de pasajeros y por un menor precio del combustible.

La aerolínea chilena Latam informó este miércoles que registró utilidades de 145 millones de dólares en el segundo trimestre del año, lo que se compara con la pérdida de 523 millones del mismo periodo de 2022.

De abril a junio, los ingresos alcanzaron los 2.676 millones de dólares, un 20,2 % más que en el mismo trimestre del año pasado, mientras que los gastos operativos fueron de 2.405 millones.

El grupo explicó en un comunicado que los datos se deben principalmente a “mayores ingresos del segmento de pasajeros y un menor precio del combustible durante el trimestre”.

“Los buenos resultados alcanzados en los primeros seis meses del año llevaron al grupo a actualizar su ‘guidance’ (proyección) para el 2023. Se espera que el margen operacional ajustado sea entre 10 % y 11%, subiendo desde el rango 6 % y 8 % anunciado previamente”, indicó el director financiero de Latam Airlines, Ramiro Alfonsín.

En el segundo semestre, las operaciones domésticas de la filial en Brasil crecieron un 18 % comparadas con 2022, mientras que las operaciones domésticas de las filiales de Colombia, Chile, Perú y Ecuador aumentaron un 6,5 % comparadas con el año pasado.

El grupo, con sede en Santiago de Chile, movilizó un total de 17,1 millones de pasajeros entre abril y junio pasados, un 22,6 % más que igual trimestre de 2022.

“Nuestros resultados financieros son fruto de la combinación de una estrategia comercial efectiva, una atractiva propuesta de valor para los clientes, costos disciplinados, una red robusta en la región, una puntualidad destacada a nivel mundial y un sólido balance” dijo el CEO del grupo, Roberto Alvo.

Latam, nacida en 2012 de la fusión entre la chilena Lan y la brasileña Tam, salió a fines del año pasado del proceso del capítulo 11 de la ley estadounidense de protección de quiebras, al que se acogió en mayo de 2020 en medio del impacto que sufrió el negocio aéreo por la pandemia de covid-19.