Según la agencia, el resultado del plebiscito no debiera afectar la clasificación de deuda soberana. Pero por otro lado, advierte que "la ventana (del Gobierno) para sacar adelante las reformas se está cerrando".

La clasificadora Fitch Ratings informó durante este miércoles que mantiene la calificación de deuda de Chile en ‘A-‘, además de una perspectiva estable sobre la misma.

La noticia cae a solo días de un nuevo plebiscito constitucional, donde la población se pronunciará “A favor” o “En contra” del proyecto redactado por el Consejo Constitucional, junto a una economía que se recupera lentamente y una inflación en retroceso con distintas intensidades durante los últimos meses.

Según Fitch, la decisión sobre las clasificaciones de riesgo emisor de largo plazo en moneda extranjera y local “están respaldadas por un balance soberano relativamente sólido, con una deuda pública/PIB muy por debajo de sus pares, sólidos indicadores de gobernanza y un historial de políticas macroeconómicas creíbles, centradas en un régimen de metas de inflación y un tipo de cambio flexible”.

Esto se ve equilibrado por el ingreso per cápita “que Fitch proyecta que seguirá siendo bajo en relación con sus pares”, más la alta dependencia económica del sector de materias primas, “el débil apalancamiento externo y las métricas de liquidez”.

Resultado de plebiscito no influiría en la clasificación

Respecto al plebiscito constitucional, “en opinión de Fitch, la propuesta no afectaría el modelo económico de Chile, ni aumentaría significativamente el gasto público”, a la vez que no tendría impacto en la propia clasificación.

Ahora bien, en caso de que gane la opción “En Contra”, desde la agencia calificadora prevén que no se dará inicio un nuevo proceso de este tipo, “sobre todo porque otros temas han cobrado mayor importancia como la delincuencia y la inmigración, aunque la actual constitución puede ser enmendada por el Congreso con una mayoría de 4/7 de votos”.

Respecto a la agenda de Gobierno, Fitch advierte que “la ventana para sacar adelante las reformas se está cerrando” y que “la incapacidad de aumentar los impuestos para hacer frente a las presiones de gasto es un riesgo, ya que podría resultar en un renovado descontento social y/o un deslizamiento fiscal”.

A todo lo anterior se suma un equilibro fiscal que se estaría debilitando y una tendencia al alza de la deuda pública de un 38% en 2022 a un 39,1% a fines de este año y recortes más “cautelosos” de tasas de interés por parte del Banco Central.

También citan reajustes en cuenta corriente y un fortalecimiento del PIB hasta el 1,8% en 2024, según proyecciones de la agencia, destacando las ventajas que pueden surgir en materia de inversiones para la transición energética.