Han sido varias las empresas que han determinado dejar las tierras argentinas. La inflación, la crisis cambiaria y las políticas estatales han influido en ese éxodo.

La crisis cambiaria con una creciente falta de dólares, la inflación que no da tregua y traspasa el 100% interanual; y políticas de Estado que han sido calificadas como “restrictivas” y “engorrosas”, tienen a Argentina sumida en un panorama económico que se niega a repuntar.

De hecho, en los últimos días el país decidió aferrarse con todo a China: le abrió al gigante asiático aún más las puertas para inversiones y ante la escasez del billete verde acordaron entenderse “en yuanes”.

El gobierno argentino buscará, además, abrir una ruta aérea directa con China para fomentar la llegada de turistas chinos y aumentar así el ingreso de divisas.

Empresas que se han ido de Argentina

En medio de este escenario, -que se arrastra desde hace años y que según los analistas y opositores se incrementó con la llegada de Alberto Fernández al poder-, han sido varias las empresas que han determinado dejar las tierras trasandinas.

En diciembre del año pasado la maderera Masisa, con sede central en Chile, comunicó que abandonaba todas sus actividades en Argentina. Vendió su participación en todas las compañías que operaban allá (Forestal Argentina S.A. y Masisa Forestal S.A.) por un monto superior a los US$69 millones.

Se desprendió así de un activo “que no estaba totalmente alineado” con su plan estratégico. Masisa explicó que el mercado del vecino país era “complejo y con alta volatilidad”.

En 2020 la aerolínea Latam tomó una decisión similar (sigue ofreciendo vuelos, pero ya no tiene el servicio de cabotaje asentado en Buenos Aires); y en 2021 Falabella -firma de capitales chilenos controlada por la familia Solari- cerró sus tiendas luego de 30 años de presencia. El negocio ahí ya no les resultó favorable.

La estadounidense que producía las marcas Wrangler y Lee se fue de Argentina en marzo de 2019, en medio de cifras que en ese momento evidenciaban un desplome de la industria textil (-36,3% interanual).

Nike siguió el mismo camino.

Las líneas áereas Norwegian y Qatar Airways fueron otras de las compañías que suspendieron sus servicios en Argentina; la japonesa Panasonic se retiró debido a las bajas ventas; mientras que Starbucks y Burger King disminuyeron su cantidad de locales intentando equilibrar sus finanzas.

Asimismo, la cadena de supermercados Walmart vendió sus operaciones minoristas a un empresario local del rubro, Francisco De Narváez. Y Coca Cola, otro gigante a nivel mundial, trasladó su oficina central del cono sur desde Argentina a Brasil.

De acuerdo al diario Clarín, “en los últimos tres años, durante toda la gestión de Alberto Fernández, más de 30 multinacionales se fueron o achicaron sus negocios en la Argentina”.

Y añadió que en los últimos meses el listado de empresas que se retiró de la nación aumentó: Asics y Shell, por ejemplo, dejaron sus operaciones en manos de terceros; y la marca de zapatos inglesa “Dr. Martens” cerró en marzo pasado, acusando trabas ligadas a las importaciones.

El citado medio recordó también el caso de Edding (firma de marcadores), que vendió su filial argentina a Stanley a tan sólo US$1 como valor simbólico.

Itaú busca sumarse a la lista e irse de Argentina

El Itaú -banco privado más grande de Brasil y principal entidad financiera de Suramérica- cuenta en Argentina con una amplia red de sucursales. Ofrece productos y servicios financieros a particulares y empresas.

Esta semana, no obstante, comunicó que estaba realizando las gestiones para retirarse de ese mercado.

Detalló conversaciones “preliminares” con el Banco Macro para venderle sus operaciones.

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