Los expertos dicen que este nuevo método puede ser más amigable que la inyección letal, que se usaba normalmente para las sentencias de muerte.

El miércoles, se conoció que un juez federal estadounidense autorizó al estado de Alabama probar por primera vez el gas nitrógeno en una ejecución a un reo con sentencia de muerte.

Anteriormente, se utilizaba la inyección letal para estos casos, pero en los últimos años ha dejado de ser viable por la negativa de las farmacéuticas a entregar sus componentes para que sean usados con este propósito.

Esta sería la primera vez que se utiliza el gas nitrógeno en el estado de Alabama para una ejecución, después de varios años de desarrollo de este método, pero ¿qué se sabe de sus efectos en el cuerpo humano y cómo es morir por el gas nitrógeno? Acá te explicamos.

¿Qué es el gas nitrógeno?

De acuerdo con Soledad Bollo, profesora de la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas (FaCiQyF) de la Universidad de Chile, el nitrógeno es un químico en estado gaseoso o líquido, e inerte, por lo tanto, no tiene reactividad por contacto.

De hecho, el nitrógeno está en el aire que respiramos normalmente. “El aire que el ser humano respira, contiene alrededor de un 78% de nitrógeno y solo un 21% de oxígeno”, explica.

“El oxígeno no puede estar en mayor proporción porque, en estado puro, es altamente oxidante, corrosivo y, por lo tanto, dañino para tejidos. Entonces es importante saber que el aire que nosotros respiramos contiene un alto porcentaje de nitrógeno, manteniendo este 21% de oxígeno que es el que nos sustenta la vida en la respiración“, aclara.

Entonces, ¿cómo el nitrógeno puede matar a una persona? Simple, es un asfixiante. “Eso quiere decir que cuando desplaza completamente al oxígeno del ambiente donde se está respirando, la persona muere por asfixia, por falta de oxígeno. Nosotros no podemos, como seres humanos, no respirar oxígeno”.

Pero el nitrógeno también tiene otras aplicaciones útiles. Por ejemplo, en su estado líquido adopta temperaturas muy bajas, por lo que se utiliza como refrigerante y sirve para congelar.

El método que se utilizará en EEUU, consiste en administrar nitrógeno a la persona a través de una mascarilla, lo que bajará sus niveles de oxígeno. “Cuando baja la concentración de oxígeno en el sistema, empezamos a tener síntomas de asfixia”, dice Bollo.

La muerte por asfixia

La experta explica que el nitrógeno producirá una muerte por asfixia simple. “No hay ninguna reacción química o cambio fisiológico en la persona, simplemente no hay oxígeno para respirar“, aclara.

La muerte, además, será rápida. “La literatura reporta que si nosotros respiráramos nitrógeno puro por 12 segundos, es muy probable que la muerte ocurra inmediatamente. Y esa sería una de las razones por las que se estaría proponiendo para utilizar en la pena de muerte”, señala Bollo.

Con este método, la persona ejecutada perderá la conciencia en poco tiempo y no sentirá dolor, según estiman los científicos. Pero el cuerpo sí sufre algunos efectos con la asfixia.

“Lo que va pasando es que la presión, el porcentaje de oxígeno en el aire respirado, va bajando. Si baja de 21%, que es lo normal, a un 12% y un 16%, vamos a tener problemas para respirar, vamos a tener una respiración rápida, vamos a tener taquicardia y nuestro cerebro va a empezar a perder la capacidad de atención y alerta“, explica.

Esto puede producir dolor de cabeza y otros efectos adicionales si el porcentaje de oxígeno baja un poco más. “Si se baja más, entre 10% y 14%, ya el juicio se altera, se produce fatiga muscular y empieza el proceso de cianosis (coloración azulada en la piel), que es que el cuerpo reacciona a la falta de oxígeno. Posteriormente, náuseas, vómitos, letargo“, recoge la química.

Con menos de 6% de oxígeno en el cuerpo, los humanos pueden tener respiración errática, convulsiones, coma y la muerte, concluye. Pero estos efectos ocurren si el proceso de reducción del oxígeno es lento.

Al poner una mascarilla y hacer que la persona respire 100% de nitrógeno, esto ocurre mucho más rápido, como te decía, y en unos 12 segundos más o menos la persona pierde la conciencia”, asegura.

El gas nitrógeno sería más “amigable” que la inyección letal

Bollo plantea que, la muerte por gas nitrógeno administrado con mascarilla puede ser mucho más amigable que la inyección letal, porque esta última significa un proceso más lento, por etapas y no siempre es pacífico.

“La mascarilla no implica una manipulación como la inyección letal. “El problema de la inyección es que tienen que poder conectar una vía endovenosa, después administrar sustancias específicas, una que provoque la sedación de la persona, otra que provoque el bloqueo muscular“, menciona la profesora Bollo.

“Después se le inyecta algún compuesto, hay un par de escritos, pero generalmente lo que se le inyecta es una alta dosis de potasio y eso provoca un paro cardiorrespiratorio muy rápidamente“, señala.

Sin embargo, la vía endovenosa puede llegar a ser violenta. “La persona se amarra, se le coloca la vía, muchas veces no es fácil. Lo que reportan las informaciones es que muchas veces se les sale la vía o se les rompen las venas porque pueden ser pacientes mayores que no tienen buena capacidad para este sistema”.

“Es más invasiva la inyección letal porque es una inyección de varias sustancias en forma continua y la persona está consciente mientras va viendo cómo se le administra. El nitrógeno es bastante más rápido, es por inhalación y no provoca daño físico externo“, concluye.

Por otro lado, Bollo puntualiza que, si bien la muerte por gas nitrógeno es más “amigable”, no quita que la persona sufra. “La persona sabe a lo que va, entonces llega con un estado de estrés altísimo, pero físicamente puede tener una muerte más tranquila, producto de un adormecimiento primero y después el fallecimiento por asfixia”.