El 25 de marzo de 2014 fue la fecha que cambió para siempre la vida de la joven estadounidense Katie Stubblefield, actualmente de 22 años, quien en el baño de su casa intentó suicidarse disparándose con un rifle. El resultado fue catastrófico: había desfigurado su cara.

De acuerdo a una nota de la cadena CNN, los motivos para terminar con su vida fueron dos. En primer lugar, señala su padre Robb, estaba cansada de luchar contra sus problemas gastrointestinales. Por otra parte, fue víctima de una traición por parte de una expareja.

Por tres años, la muchacha debió esconder su rostro del resto de las personas. Su cara había quedado sin forma definida luego del impacto y sus ganas de vivir se habían esfumado, nuevamente.

National Geographic
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Luego de atentar contra su vida, Stubblefield fue trasladada a un hospital en la ciudad de Oxford (Mississippi, Estados Unidos). El pronóstico no fue alentador.

“Hubo un cirujano traumatólogo de mayor edad que básicamente nos dijo: ‘Es la peor herida que he visto en su tipo’, y dijo: ‘Lo único que puedo pensar que realmente le daría vida funcional nuevamente es un trasplante de cara “, relató su padre.

El progenitor de Katie explicó a su hija que aquella era la única solución que tenía para poder salir adelante. Ella se lo tomó de buena forma y aceptó.

Nat Geo
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Pasaron cerca de dos años y en 2016 la joven fue incluída en una lista nacional de espera para transplantes. Su donante fue una mujer de 31 años llamada Adrea Schneider, quien había muerto a causa de una sobredosis por drogas.

La cadena National Geografic contará, en su revista de septiembre, la historia en extenso del cambio de cara de Katie Stubblefield. El cual se realizó el 4 de mayo de 2017 y se extendió por 31 horas. El nombre del documental es Historia de una cara.

De esta forma, Stubblefield se convirtió en la norteamericana más joven en la historia (21 años) en someterse a un procedimiento de este tipo, el cual se realizó en una clínica en la ciudad de Cleveland (Estados Unidos).

Nat Geo
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El citado medio explicó que este trasplante consistió en cirugías de cuero cabelludo, frente, párpados superior e inferior, cuencas oculares, nariz, mejillas superiores, mandíbula superior y mitad de la mandíbula inferior, dientes superiores, dientes inferiores, nervios faciales parciales, músculos y piel, reemplazando efectivamente su facial completo tejido.

Afortunadamente, el resultado de la operación fue exitoso y la mujer luce con un nuevo rostro. Está viva y esperando por una recuperación que avanza con normalidad.

“La vida me dio una segunda oportunidad”, declaró en el documental de Nat Geo.

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Ante esta situación, su padre indicó que: “Damos por sentado los diferentes componentes de nuestras caras: el hueso, el tejido, el músculo, todo, pero cuando desaparecen, reconocemos la gran necesidad. Cuando recibes un trasplante, estás muy agradecido”.

En una entrevista con CNN, Katie comentó que ahora se encuentra en una nueva etapa de su vida, esperando por nuevas oportunidades.

“Definitivamente, estoy dando muchos, muchos pasos diarios. La vida es preciosa, y la vida es bella”, concluyó.