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Astrónomos internacionales detectan el crecimiento de una galaxia en el universo primitivo apenas 700 millones de años después del Big Bang, gracias al telescopio espacial James Webb. La galaxia, cien veces más pequeña que la Vía Láctea, muestra características maduras para su edad, desafiando la comprensión actual sobre la evolución galáctica. La investigación, liderada por la Universidad de Cambridge y publicada en Nature Astronomy, destaca el potencial del Webb para explorar el universo temprano. La formación estelar activa y el núcleo denso de la galaxia intrigaron a los científicos, revelando un crecimiento estelar acelerado y ofreciendo pistas sobre la transformación de galaxias en el cosmos primitivo.

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Un equipo internacional de astrónomos ha realizado una observación extraordinaria en el universo primitivo, detectando el crecimiento de una galaxia apenas 700 millones de años después del Big Bang.

Esta importante revelación ha sido posible gracias a las imágenes captadas por el telescopio espacial James Webb (JWST), una colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA). La galaxia observada, aunque es cien veces más pequeña que la Vía Láctea, presenta características sorprendentemente maduras para una etapa tan temprana en la historia del cosmos.

De momento, las imágenes captadas aún no están disponibles en las plataformas de las NASA, la Agencia Espacial Europea o James Webb.

La investigación, liderada por la Universidad de Cambridge, fue publicada en la revista Nature Astronomy y subraya el potencial del telescopio Webb para explorar fases tempranas del universo, un periodo que hasta ahora no había sido posible estudiar con tanto detalle, consigna la Agencia EFE.

La Evolución de las Galaxias

Las galaxias que vemos en la actualidad crecen de dos formas principales: absorbiendo gas para formar nuevas estrellas o fusionándose con otras galaxias más pequeñas. Sin embargo, cómo se desarrollaban las galaxias en el universo primitivo sigue siendo una cuestión sin resolver, que los astrónomos esperan aclarar con la ayuda del telescopio Webb.

Según Sandro Tacchella, del Laboratorio Cavendish de Cambridge, el estudio de galaxias como esta podría ofrecer claves cruciales sobre cómo las nubes de gas se transforman en las complejas estructuras galácticas que observamos hoy.

Tacchella compara el crecimiento de las galaxias con el movimiento de un patinador artístico: a medida que el patinador estira los brazos, gira más rápido. De forma similar, las galaxias crecen y aumentan su rotación a medida que el gas se acumula desde mayores distancias. Este fenómeno es responsable de la formación de estructuras en espiral o en discos.

Un Núcleo Denso y Formación de Estrellas Acelerada

La galaxia observada tiene un núcleo extraordinariamente denso, lo que resulta sorprendente para su juventud. A pesar de ser mucho más pequeña que la Vía Láctea, la densidad de su núcleo es comparable a la de las galaxias elípticas masivas de hoy, que contienen mil veces más estrellas.

Además, el equipo descubrió que la formación estelar en esta galaxia es extremadamente activa, especialmente en las regiones periféricas, lo que sugiere que está en proceso de expansión.

Mediante la modelización de la población estelar y el análisis de la luz en distintas longitudes de onda, los investigadores calcularon que esta galaxia duplica su masa estelar en los suburbios cada 10 millones de años, un ritmo sorprendentemente rápido en comparación con la Vía Láctea, que lo hace cada 10.000 millones de años.

Este rápido crecimiento podría ser una consecuencia de las condiciones especiales del universo primitivo, que proporcionaba a las galaxias el gas necesario para formar nuevas estrellas a gran velocidad.

“Es solo una galaxia”, puntualiza Tacchella, “ahora necesitamos saber qué estaban haciendo otras galaxias en esa época y determinar si todas crecían de manera similar”.