Este miércoles SpaceX espera hacer historia al transportar a dos astronautas de la NASA al espacio, el primer vuelo tripulado desde suelo estadounidense en nueve largos años.

El presidente Donald Trump estará entre los espectadores en el Centro Espacial Kennedy en Florida para presenciar el lanzamiento, que recibió luz verde a pesar de meses de confinamiento debido a la pandemia de coronavirus.

Al público en general, en un guiño a las restricciones impuestas por la pandemia del Covid-19, se le ha invitado a seguir la transmisión en vivo del lanzamiento de Crew Dragon por un cohete Falcon 9 hacia la Estación Espacial Internacional (ISS).

Para esta histórica misión -llamada Demo-2-, la agencia espacial escogió a dos experimentados astronautas: Bob Behnken y Doug Hurley. Una vez en la ISS, la tripulación atracará en el laboratorio, permaneciendo 110 días allí antes de regresar a la Tierra dentro del Crew Dragon.

Cabe destacar que pese a los preparativos que se han estado haciendo desde hace años, se trata del primer vuelo tripulado de una nave espacial completamente nueva en casi 40 años.

Al respecto, el pasado viernes la coordinadora del Programa de tripulación de la NASA, Kathy Lueders, aseguró que están pensando en cada posible riesgo que exista. “Hemos trabajado duro para minimizar los que conocemos, y seguiremos buscando, e intentando disminuirlos, hasta que lleguen a casa”, sostuvo.

En conversación con Business Insider, Lueders habló sobre lo arriesgado que cree que será el vuelo, compartiendo dos estimaciones clave de la probabilidad de fracaso de la misión. Específicamente, los riesgos a los que se enfrentan se categorizan en “Perder la Tripulación” (LOC) o “Perder la Misión” (LOM).

La primera es la posibilidad de que los astronautas mueran en alguna etapa de la misión, como lo que sucedió con el Challenger (1986) y Columbia (2003). En cada una de ellas murieron 7 tripulantes.

Por su parte, “Perder la misión” tiene relación con la posibilidad de que algo salga mal durante el trayecto, aunque sin que esto termine con la vida de la tripulación.

En ese sentido, la NASA estima que el riesgo LOC de la misión es de 1 en 276, mientras que el riesgo de LOM es de 1 en 60.

“El riesgo para la tripulación es 4,5 veces menor que el riesgo para la misión. Esto se debe en parte al trabajo de SpaceX en su sistema de emergencia, que en enero demostró que puede hacer llegar la nave espacial Crew Dragon a un lugar seguro, lejos del cohete Falcon 9, si este estuviera a punto de estrellarse”, indicó el citado medio.

En los 22 años transcurridos desde que se lanzaron los primeros componentes de la ISS, solo las naves espaciales desarrolladas por la NASA y por la agencia espacial rusa han llevado tripulaciones hacia esa estación.

La NASA utilizó el famoso programa de transbordadores: enormes y extremadamente complejas naves aladas que llevaron a decenas de astronautas al espacio durante tres décadas. No obstante, su enorme costo -200.000 millones de dólares por 135 vuelos- además de los dos accidentes fatales finalmente pusieron fin al programa.

El último transbordador, Atlantis, llegó el 21 de julio de 2011.

Después, los astronautas de la NASA aprendieron ruso y viajaron a la ISS en el cohete ruso Soyuz desde Kazajstán, en una asociación que sobrevivió a las tensiones políticas entre Washington y Moscú. Estados Unidos pretendía no obstante que se tratara de un acuerdo temporal.