Los datos de ensayos clínicos publicados por el centro para el control y la prevención de enfermedades en EEUU, muestran que una dosis de refuerzo aumenta considerablemente la respuesta inmune 6 meses después de la administración en aquellas personas que han completado su esquema principal con vacunas como Pfizer-BioNTech o de Moderna, y 2 meses en el caso de la vacuna de dosis única de J&J/Janssen.

Con el aumento de la respuesta inmunitaria, las personas tienen una mayor protección contra el COVID-19, incluida la variante Delta. En el caso de las vacunas de Pfizer-BioNTech y J&J/Janssen, los ensayos clínicos también demostraron que una dosis de refuerzo ayudó a prevenir los casos de COVID-19 sintomáticos.

El Ministerio de Salud en Chile señala que: “La justificación que respalda la administración de una dosis de refuerzo puede diferir según la vacuna administrada, la situación epidemiológica, el grupo de población específico y las tasas de cobertura vacunal”.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los factores a considerar para una dosis de refuerzo son los siguientes:

– Disminución de la inmunidad: Hasta la fecha, no se ha establecido un correlato inmunológico de protección ni de la duración de la protección. Los estudios sugieren una correlación entre la eficacia de las vacunas contra la enfermedad sintomática y los títulos medios de anticuerpos neutralizantes, aún no está claro si la disminución de los títulos en el tiempo indica una disminución de la efectividad de la vacuna; es probable que la protección contra enfermedades graves se mantenga en gran medida debido a la inmunidad mediada por células.

– Eficacia de la vacuna: Los datos son insuficientes para determinar una disminución de la efectividad contra cualquier forma de enfermedad clínica de la infección por SARS-CoV-2 más allá de los 6 meses post vacunación.

– Suministro de vacunas y equidad: Agregar una dosis de refuerzo debe considerar la evidencia de la necesidad de dicha dosis y la disponibilidad mundial de vacunas.

Dentro de los antecedentes recabados por la FDA, “se analizó los datos de la respuesta inmune de aproximadamente 200 participantes de 18 a 55 años de edad que recibieron una dosis única de refuerzo aproximadamente seis meses después de su segunda dosis. La respuesta de anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2, un mes después de una dosis de refuerzo de la vacuna, en comparación con la respuesta un mes después de la serie primaria de dos dosis en los mismos individuos demostró una respuesta fortalecida”.

En Chile, es importante señalar que la vacunación comenzó el 24 de diciembre del año 2020 con el uso de la vacuna del laboratorio Pfizer- BioNTech, en donde se vacuno al personal de salud de unidades de pacientes críticos, seguido de funcionarios y residentes de establecimientos de larga estadía para adultos mayores, luego el 03 febrero del año 2021 comenzó la vacunación masiva según priorización de grupos de población en riesgo con la vacuna Coronavac.

El Estudio de Cohorte prospectiva de Jara, Undurraga y Araos et al 3, evaluó la efectividad de la Vacuna Coronavac en aproximadamente 10,2 millones de usuarios de FONASA vacunados entre el 2 de febrero y 1 de mayo 2021. La efectividad ajustada para la prevención de COVID-19 fue 65,9%, para la prevención de la hospitalización fue de 87,5%, para la prevención de ingreso a UCI fue un 90,3% y para la prevención de muerte, 86,3% entre los sujetos con esquema de vacunación completo.

Para personas mayores de 60 años con esquema de vacunación completo, la efectividad para la prevención de COVID-19 fue 66,6%, para la prevención de hospitalización fue 85,3%, para la prevención de ingreso a UCI de 89,2% y para la prevención de muerte 86,5%. La actualización de estos análisis de efectividad para el evento de interés enfermedad COVID-19 confirmada por laboratorio, a junio 2021 muestra una aparente leve tendencia a la disminución.

Dentro de las vacunas que se usan actualmente como dosis de refuerzo encontramos la Vacuna Pfizer-BioNTech (BNT162b2) en personas hasta los 54 años 11 meses 29 días, además de personas inmunocomprometidas y la Vacuna AstraZeneca (ChAdOx1-S) para personas de 55 años y más.

Dentro de los estudios de estas 2 vacunas utilizadas en Chile, encontramos que, en un grupo pequeño, se compararon los títulos de anticuerpos generados por un esquema de vacunación homólogo y heterólogo de la vacuna COVID-19 de AstraZeneca (ChAdOx1-S) con la de Pfizer-BioNTech (BNT162b2). Se observó que el esquema heterólogo indujo títulos de anticuerpos más altos en relación con el esquema homólogo de AstraZeneca contra las variantes de preocupación (COV) como alfa, beta, gamma y delta. Lo anterior se observó además en el estudio clínico fase 2 (CombiVacs) en el que la administración de BNT162b2 como segunda dosis en personas vacunadas con ChAdOx1-S generó una respuesta inmune robusta, con un perfil de reactogenicidad aceptable y manejable.

La Universidad Manisa Celal Bayar de Turquía (MCBÜ) comunicó los hallazgos de un estudio realizado con 1.053 profesionales de la salud que recibieron una dosis de refuerzo (tercera dosis) con la vacuna de Sinovac y la de Pfizer-BioNTech al esquema de vacunación primario con la vacuna de Sinovac. Se indicó que todas las personas que recibieron tres dosis de vacuna lograron niveles de anticuerpos protectores, y al utilizar la vacuna de Pfizer-BioNTech como tercera dosis esta fue significativamente mayor.

La reciente aparición de la variante ómicron (B.1.1.529) destaca aún más la importancia de la vacunación, las dosis de refuerzos y los esfuerzos de prevención necesarios para protegerse contra el COVID-19. Los primeros datos provenientes de Sudáfrica sugieren una mayor transmisibilidad de la variante ómicron y el potencial de evasión inmunitaria.

En conclusión, los estudios demuestran que después de vacunarse con las vacunas para COVID-19, la protección del virus y la capacidad de prevenir la infección de las variantes del virus se debilitarán con el tiempo, por lo que es importante fortalecer la vacunación de refuerzo.