Tres profesoras jóvenes y una por egresar integran un colectivo que, en el modo de crear y producir sus trabajos, se asocian con el arte popular que se exteriorizó en muros y calles de las ciudades, durante las movilizaciones, experiencia escénica coincidente con los cambios que exige la nueva realidad del país.

Son Las Bufonas del Apocalipsis, autobautizadas en homenaje a la mítica Yeguas del Apocalipsis: Madamecurá (Lucie, 30, clarinetista), Bufonadelπ (Panchi, 24); Ipataipa (Pía, 23, cuatro) y Tósigoxip (Camila, 26); las tres primeras de Concepción, santiaguina la última.

Ellas ven en el contacto directo con el público, en la actuación espontánea, la interpretación de situaciones coyunturales que se viven y en la adrenalina que produce accionar en la calle, los recursos de su trabajo performático.

“Nos mueve visibilizar el discurso feminista y los problemas concretos de las mujeres en la sociedad patriarcal, por medio de la sátira, el humor, la música y el canto”, sintetizan Ipataipa y Tósigoxip.

Algunas coincidencias

(P): ¿Qué originó la idea de agruparse?
IPATAIPA: “Las Bufonas surgieron cuando mis otras tres compañeras mostraron un trabajo de egreso de un taller de bufones en Balmaceda Arte Joven de Concepción, temática feminista no sólo con mujeres y disidencias. Después me invitaron”.

Las Bufonas del Apocalipsis

TÓSIGOXIP: “El nombre nació del gusto por la performance y lo precario, además de ser un homenaje a las Yeguas del Apocalipsis, de Lemebel. No tuve ocasión de deleitarme con ellas, pero sé que vienen de abajo, no de la elite, y que su mensaje es sencillo y profundo para quienes viven la discriminación. Representaban el arte poblacional, lo espontáneo y trasgresor. Todo eso homenajeamos”.

(P): ¿Recurren a lo espontáneo por sobre lo más elaborado?
IPATAIPA: “Nuestro trabajo es performático y se modifica con las noticias que nos impactan… Cuando nos juntamos, ensayamos, discutimos… ‘Oye, dice una, vieron la noticia del Mañalich que dice que el virus es buena persona`… A veces las motivaciones son más melodramáticas que de actualidad. Estamos entre la performance y el teatro”.

TÓSIGOXIP: “Al vestirnos como bufonas tenemos el poder de incomodar con la presencia, el maquillaje y el vestuario, además de decir verdades sin tapujos. Nos gusta articular lo que queremos, no lo políticamente correcto”.

IPATAIPA: “Hemos hecho talleres de sombreros apocalípticos para niños, en Concepción durante el estallido, con cartulina, cajas de huevo, retazos de tela. También, tocatas y encuentros sobre el cuidado de la salud mental para padres”.

(P): ¿Qué les provoca actuar en la calle?
TÓSIGOXIP: “Se pierde la vergüenza, el temor, da seguridad, nos empodera como mujeres tanto tiempo silenciadas. Vernos diciendo verdades, hablar del macho y de mujeres condenadas a la cocina y cuidando niños… les choca a los machos, no a las mujeres”.

Mujeres artistas

(P): Respecto de lo artístico ¿cuáles son los objetivos?
TÓSIGOXIP: “Quisimos visibilizarnos como mujeres artistas. Partimos en Concepción para instar a las mujeres a alzar la voz, tocar instrumentos, buscar nuestros propios ritmos. Visibilizar el arte femenino y a la mujer artista”.

Las Bufonas del Apocalipsis

IPATAIPA: “Son varios y varía en cada una. Para mí, las Bufonas ayudan a visibilizar la realidad que viven las mujeres en relación con los machitos…

“Reírse es muy importante también: las mujeres vivimos en el sufrimiento y reírse bajo una perspectiva feminista puede ser un descanso. Tenemos que educarnos sobre nuestra posición en la sociedad para torcerle la mano al patriarcado.

“El trabajo con las Bufonas me ha abierto los ojos, me ha servido para pararme frente al discurso de los hombres”.

Seguir aprendiendo

(P): Lo espontáneo a veces es caótico, ¿cómo enfrentan el perfeccionamiento artístico?
IPATAIPA: “Es propio de los hombres que nos digan `cantai mal, actuai mal´, que lo que hacemos `es un pasatiempo…´ Por eso hablamos del huaso, del curao, del paco… como caricaturas que hacen reír a los hombres.

“Claro que dejan de reírse el zorrón que le gusta la piscola, el que se cree revolucionario en las barricadas y ejerce violencia contra la mujer o el jipi que habla de la Madre Tierra… Todos violan, abusan y agreden por ser machitos… Son discursos, a veces caricaturas, que nos educan”.

TÓSIGOXIP: “Siempre tenemos presente las ganas de seguir aprendiendo en lo corporal, bufonesco, teatral y clown. Buscamos el aprendizaje, a través de lo que expresa el cuerpo”.

Trabajo de calle

(P): ¿Cómo son sus procesos creativos?
IPATAIPA: “Nos interesa más el mensaje que los recursos que utilizamos, como la música, que ocupamos como apoyo para darle dinamismo a lo bufonesco. Yo toco el cuatro, Madamecurá, el clarinete. Tal vez no sea lo más armónico lo que resulta, pero son nuestros motores. Lo mismo pasa en la cueca del `Guatón Loyola´… anti cueca sobre el huaso machista.

“No nos incomodan las imperfecciones. Nuestra propuesta es precaria en diseño teatral. Y lo divertido y chistoso no puede desviar la atención de lo que queremos transmitir. Nuestro trabajo es de calle y estamos en constante cambio. Más que perfeccionarnos, nos ejercitamos… Queremos ir creciendo de a poco”.

Las Bufonas del Apocalipsis

TÓSIGOXIP: “Nos juntamos a ensayar, definimos los tiempos, trabajamos la corporalidad… El nuestro es un teatro no profesional, pero a través del aprendizaje vamos mejorando. En 40 minutos giramos por el feminismo que nos resuena como mujeres”.

TÓSIGOXIP: “Sí, cantamos su himno con letra nuestra. Ahora estamos abordando la salud pública, bien precaria en pandemia, y el toque de queda. Algunos viajan a la playa en helicóptero, nosotras tenemos que pedir permiso para salir a comprar pan.

“Hemos tenido muchas presentaciones en Concepción y Tomé. Es increíble ver la alegría y emoción de las mujeres cuando se exponen temas que sienten”.

(P): Difícil es despatriarcalizar la sociedad…

IPATAIPA: “Sí, tiene que ver con el sistema. Es muy grande para cuatro bufonas, como también para todas las corrientes feministas. Somos pacientes con las mujeres porque vivieron contextos muy difíciles. No tenemos un manual, hacemos las cosas con las herramientas que tenemos, en lo emocional y discursivo.

“Sólo presentamos nuestro material artístico, a través del cual ayudamos a ver las cosas con otros ojos. Queremos ser parte de una red de apoyo de ellas y allí no caben los juicios. Todas estamos en proceso de reconstrucción, rompiendo los esquemas con que crecimos”.

TÓSIGOXIP: “Esta ola feminista que ya tiene algunos años no puede criticar a las mujeres con vivencias difíciles. No escogimos el feminismo por gusto, sino porque es necesario para sobrevivir, de otro modo estaríamos en un basurero tapadas con bolsas de plástico. Muchas han salido de sus casas y no han vuelto. El feminismo es un acto cotidiano, un arma, no un juego ni una pataleta”.

(P): ¿Sientes temor en la calle?
TÓSIGOXIP: “Siempre está el miedo que algo nos pase. La violencia policial estremece, da impotencia. Pero hay que vencerlo y apoyar a los demás.

“El segundo día del estallido, el 19 de octubre 2019, yo estaba en Santiago, y las Bufonas en Concepción hicieron una performance frente a la milicia, en toque de queda. Se les dijo que han sido ladrones, torturadores y asesinos. Lo mínimo era reírse y burlarse de cómo se mueven en la calle.

“Una está siempre expuesta en la lucha social y en el cotidiano… por eso tenemos que aprender auto defensa. Es lamentable, pero es mejor que ser víctima. En el grupo cada una hace su aporte. Coincidimos en las ganas de decir algo, somos feministas, valoramos apañarnos, ayudar a otras mujeres, ser solidarias”