Manuel Guerrero Antequera entrega en su ensayo condiciones, variables y características, entre otros elementos, para analizar violencias, masacres y genocidios políticos.

Manuel Guerrero Antequera

El autor es hijo de una de las víctimas del llamado “Caso Degollados”. Un hito en su historia personal que lo marcó, que fijó en su vida un antes y un después.

Cuando a principios de 1985, luego de años de exilio y de haber retornado al país, su padre es secuestrado junto a Manuel Parada desde el colegio donde trabajaba -y él estudiaba-, para luego ser asesinado, el autor se transforma en símbolo. De valentía, consecuencia, de lucha contra un Estado criminal. Del desequilibrio brutal de fuerzas entre una oposición -representada por él, de catorce años- y una dictadura brutal y sin contrapesos.

Desde entonces, Manuel Guerrero ha tenido un largo proceso de búsquedas y cambios, sin renegar de sus convicciones ni de su pasado.

Sociología de la masacre

Manuel Guerrero analiza en su libro, desde su historia, un tema tan complejo y difícil de acotar.

Así, el autor hace un largo recorrido, con foco en el caso chileno, acotando diversas definiciones como masacre y genocidio. Y, a partir de ellas, va entregando un esclarecedor mapa de actores participantes.

“Se trata de una producción social, porque en ella intervienen varios actores: el perseguidor, la víctima y el testigo; los detentadores del poder, los insurgentes y la población civil no combatiente; los observadores activos y pasivos. Al ser un proceso social y no un suceso natural, y más allá de lo horroroso de su práctica, la violencia tiene una lógica interna que es dada por el empleo que de ella hacen ciertos actores sociales que la utilizan como recurso de la lucha política en su disputa por la soberanía.” (p 170)

Este es el tono del libro. En él, además, explica que la violencia es racional, independiente de su brutalidad, de ser selectiva o indiscriminada. E incorpora variable como ser unilateral, bilateral o multilateral. Si busca eliminar opositores o ser disuasiva. Si hay disputas internas entre organismos represores y las distintas formas de monitoreo de el o los organismos represivos.

Parte importante del libro está dedicada al rol que asumen y son inducidos a asumir los observadores, los testigos. Cómo, de manera voluntaria, inducida u obligada toman posiciones o determinadas funciones.

Por otro lado, incorpora el rol de un cuarto actor. Además de los bandos en disputa (que, eventualmente pueden ser más de dos) y de la población no beligerante, están los organismos independientes, los que pueden jugar, como fue en el caso chileno, un rol fundamental.

Aportes

El libro de Manuel Guerrero Antequera aporta a la compresión del uso de la violencia como herramienta política (más allá de valoraciones éticas). Permite ver sus racionalidades, distinguir etapas, condicionantes, etc.

En este sentido, Sociología de la masacre permite comprender mejor no solo el caso chileno, sino de diversas dictaduras, de guerras civiles y situaciones con disputa de poder.

También es un buen instrumento para observar espacios en los que hay disputas de control territorial donde las fuerzas en disputas son otras, como, por ejemplo, bandas narcotraficantes. Si bien son situaciones diversas, hay elementos comunes, como puede ser el rol de los “observadores”, el tipo de violencia utilizada, etc. En otras palabras, la violencia como herramienta para obtener control territorial, aunque no haya un componente político ideológico fuerte o tradicional.

El libro también ofrece herramientas para reflexionar y usar de manera más precisa términos como masacre y genocidio. Por ejemplo, con lo que pasa en Gaza en estos tiempos.

Falencias

Si es necesario buscar falencias, puedo mencionar -para mí- dos. Por un lado, el libro resulta reiterativo en algunos temas y puntos, en especial en algunas definiciones. Esas reiteraciones, o progresivas profundizaciones, pueden ser un tanto agotadoras.

Por otro lado, siendo un tema en extremo complejo y donde cada caso es particular y único, en el que confluyen innumerables variables, el texto puede parecer muy teórico, abstracto. Y siempre dejará temas inconclusos.

Por ejemplo, se podría discutir y profundizar sobre el uso de una violencia “arbitraria”, en el sentido que no había una “proporcionalidad” clara sobre hechos y castigos. Por ejemplo, en la dictadura chilena, alguien podía lanzar piedras a carabineros y recibir golpes con una “luma”. Mientras, en otro caso, u a persona se podía estar manifestando pacíficamente en una acera, con un letrero -sin gritos- y recibir, también de un carabinero, un balazo. Esa supuesta desproporción, era una política, era racional.

Síntesis

Sociología de la masacre, de Manuel Guerrero Antequera, da un marco para analizar lo que muchas veces se califica de violencia irracional en el ámbito político. Entrega elemntos claves sobre los actores y lógicas involucradas. Es un libro necesario. Un instrumento para entender el pasado reciente, de Chile como de Latinoamérica. Pero también es útil para tratar de entender nuestro presente.

Paidos

Sociología de la masacre

Manuel guerrero Antequera
Paidos

2023