Oportuna para un tiempo donde hasta la guerra se ha transformado en un espectáculo de TikTok. Incluso necesaria para un mundo donde las redes sociales se convierten en una suerte de ortopedia existencial. Precisa en sus consejos para “una adicción en niños, niñas y adolescentes”. De Editorial Zig-Zag.


Por Marcel Socías Montofré

“Pero para esto tenemos que unir los adultos, los padres, las madres, los docentes, las autoridades, los legisladores, los presidentes, ¡todos!, para no caer en las redes de la industria tecnológica”.

Con estas palabras Carolina Pérez Stephens –Educadora de Párvulos de la Universidad Católica de Chile y Máster en Educación de la Universidad de Harvard-, invita a leer su libro y gran aporte como es “Secuestrados por las pantallas, una adicción en niños, niñas y adolescentes”, de Editorial Zig-Zag, 2022.

Por cierto, Carolina Pérez Stephens “pertenece a una generación de jóvenes profesionales que se ha estado cuestionando acerca de los efectos que tienen las pantallas interactivas, redes sociales y juegos de video en el desarrollo del cerebro, además de las implicancias que tiene en el desarrollo cognitivo de toda una generación hiperconectada desde la cuna”.

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Por eso es que “te invito a leer este libro con un lápiz, subraya, escribe en los márgenes, haz dibujos, hazlo tuyo”. También invita amablemente a participar Carolina Pérez Stephens.

Estructura

De pedagógica lectura y a través de 140 páginas donde hasta el diseño de interior y portada es un aporte, Carolina Pérez Stephens construye una suerte de charla por escrito, con un lenguaje cercano. A ratos da la sensación de no estar leyendo. Más bien conversando con el libro.

Como suele suceder con los libros.

En este caso a través de capítulos que dialogan desde “El cerebro y el aprendizaje”, pasando por “Vuelta a clases presenciales y salud mental”, preguntándose “¿Cómo le explico a mis hijos esta adicción” y advirtiendo “Cómo lo hace la industria para dejarnos hipnotizados con los aparatos tecnológicos?”.

Por ejemplo, en la página 15: “Según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), nuestros hijos y alumnos requieren de cuatro destrezas clave para vivir en este turbulento siglo XXI. Necesitan ser creativos, innovadores, resolutivos y, sobre todo, necesitan tener un pensamiento crítico. Estas destrezas no se desarrollan frente a una pantalla, a pesar de que te lo han vendido así”.

O en la página 25: “Considerando la curva de desarrollo del cerebro, ya a partir de los dos años, que es el peak de las conexiones neuronales, la curva empieza a bajar. Por eso es tan importante una educación inicial de calidad, porque hay que aprovechar estas ventanas de oportunidades, en las que para ellos es tan fácil aprender nuevos idiomas, tocar instrumentos musicales y todo lo que queramos enseñarles”.

Y lo dice con conocimiento de causa Carolina Pérez Stephens.

Como en la página 27: “Entonces, si decido no entregarle una tablet a un niño de un año, no es antojadizo, ni por ser bruja, sino porque la ciencia me lo enseñó y me lo advirtió”.

“Estudié con mucho esfuerzo neurociencias en Harvard –dice y recuerda-, tenía que tomar litros de café para concentrarme y entender un tema sobre el cual, con suerte, había leído cinco páginas viviendo en Chile. Mi di cuenta que las neurociencias hoy son clave para saber qué necesitan aprender los niños, cómo y con qué”.

Aporte

Con una excelente bibliografía de apoyo y una mirada optimista. Al menos mucho más optimista que leer un Byung-Chul Han, la simpleza y cariño con que escribe Carolina Pérez Stephens la convierte en más cercana y fácil de entender.

Como en las oportunas interrogantes que se plantean en la contraportada: “Qué consecuencias tiene entregar celulares a niños y niñas de temprana edad? ¿Por qué los videojuegos son también adictivos? ¿Qué pasa con la pornografía? ¿Cómo podemos hablar con nuestros hijos o hijas sobre estos temas?”.

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Las respuestas –al menos las sinceras propuestas- están al interior del libro. Incluso con testimonios de madres, padres, apoderados y los propios niños, niñas y adolescentes.

Como en la página 88 (Testimonio de una adolescente): “Extraño demasiado mi celular, pero ahora tengo tiempo para caminar y mirar las flores y árboles. He aprendido a disfrutar de la soledad y del silencio. Mi psiquiatra me dice que cuando recupere mi peso, vuelva a estudiar y cuando vuelva a disfrutar de las cosas simples de la vida, me darán de vuelta mi teléfono”.

“…pero sólo por treinta minutos al día -dice y se expresa-. Y me van a enseñar a usar la tecnología de manera responsable, no sólo para entretenerme, porque tanta entretención me dejó enferma en una clínica”.

Un excelente diagnóstico el libro de Carolina Pérez Stephens. Como también una oportuna propuesta y atingente constatación que “para eso la industria tecnológica contrata a los mejores psiquiatras y neurólogos. Me preguntó, ¿dónde habrá quedado su juramento hipocrático de no hacer daño?” (Pág. 137).

“Ellos usan la piscología para sacar provecho de la vulnerabilidad humana y eso es especialmente peligroso cuando se trata de niños, niñas y adolescente” (Pág. 138).

“¿Cómo le explico a mis hijos sobre esta adición?”, una muy buena pregunta que antes y después de la página 119 permite comprender, buscar antecedentes, investigaciones creíbles y por sobre todo con un sentido humano con el que también se aporta confianza.

Así da gusto apagar la pantalla y leer. Un buen libro. Amable. Un diálogo que se agradece por su sentido de oportunidad.

Como diría el filósofo Byung-Chul Han: “Hoy vivimos en un mundo muy pobre en interrupciones. Faltan ‘intermedios’ y ‘entre tiempos’”.

Un libro para darse el tiempo de leerlo más de una vez.

Editorial Zig-Zag

Secuestrados por las pantallas

Una adicción en niños, niñas y adolescentes
Carolina Pérez Stephens
Editorial Zig-Zag

2022.