Creí que mis padres eran dioses es un libro de 13 cuentos. En ellos, Manuel Pozo (Angol, 1969) entrega relatos de niños y jóvenes. Que puede ser uno -en distintas etapas- o varios. Escritos desde ellos.

Entrelazados, complementarios, con elementos aglutinadores como una cierta admiración (o, al menos, ese respeto mezclado con algo de temor), melancolía y pérdida.

Creí que mis padres eran dioses

Supongo que muchos han (y hemos) sentido gran admiración por sus padres. Esas suertes de héroes o dioses que lograban cosas increíbles. Como llegar a alturas inalcanzables para nosotros (a esos años), que tenían una fuerza imposible (para nosotros, a esos años). Y un largo etcétera.

Manuel Pozo entrega en este libro bien hilvanado, de equilibrios finos y sutiles, una serie de relatos que, en su conjunto, van mostrando esa pérdida. La pérdida de esa percepción de los padres (omnipotentes, dioses). De la aparición de ruidos, de detalles que los van humanizando. Que los van desquebrajando (como a esos santos de yeso) poco a poco.

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Los cuentos, buenos en sí, mejores en su conjunto, son pequeños o grandes quiebres. Desde quemar libros y documentos en la frenética ansia y el miedo que hubo en muchos después del golpe. Los padres que no valoran la habilidad poética del protagonista (¿cómo estos dioses no ven a su hijo?). Las peleas de los padres. La adolescencia con las espinillas que son motivo de burlas, nunca de empatía. Acompañar al padre a su trabajo y verlo en ese “mundo” sin glamour ni poder, solo lucha por un bono.

La pérdida de la infancia

La infancia, en buena medida, nos funda, nos marca, nos sostiene. Con el paso del tiempo, al pasar a otras etapas o edades, se producen pérdidas. Pérdidas personales -algunas, producto de la educación formal, que tiende a homogenizar-, entre ellas la pérdida de ese padre y esa madre (cuando existieron y estuvieron presentes) que fueron tanto. Sostén, acogida, modelo…

Creí que mis padres eran dioses relata ese proceso, esas pérdidas. Lo hace a través de cuentos, de anécdotas. Algunas importantes, otras aparentemente simples detalles. Un sedimentar lento pero constante, con hitos que quedan grabados en la memoria.

La memoria selecta de esas pérdidas, de las infancias. Eso es Creí que mis padres eran dioses, de Manuel Pozo.

Zuramérica Ediciones

Creí que mis padres eran dioses

Manuel Pozo
Zuramérica Ediciones

Santiago de Chile, agosto de 2023