El perfil urbano-rural es un rasgo relevante en esta propuesta de la cia. Teatropello, grupo fundado en 2003, en Talca, por creadores escénicos autodidactas y estudiantes de pedagogía de la Región del Maule, hoy dueño de un valioso repertorio (“El caballo verde”, “Mi amigo el Negro”, “Vida X”, “Cemento”, “Cuadrilla 14”, “Las moscas sobre el río”, “Herencia”).

Por Leopoldo Pulgar Ibarra

A esta arista identitaria de la Región del Maule (en realidad, presente en el alma del país, más allá de cursilerías, modas o arribismos) se suma una apelación dramática al mundo de los afectos y sentimientos, que sintetizan su título “El Amor”, con mayúsculas.

Esta producción también valora con fuerza la presencia y relación con las “personas diferentes” y el entorno natural, además de exponer juicios y prejuicios sociales e inevitables secretos personales y familiares que explotan en situaciones límites.

Todo expuesto bajo el concepto de un teatro de estructura realista convencional en su desarrollo temporal y espacial, intervenido por la presencia en vivo de un grupo musical, una escenografía de la casa parroquial con espacios y elementos reconocibles, y perspectiva alterada, y la iluminación que agrega en momentos al relato cotidiano toques de espectáculo.

El amor, Cia. Teatropello (c)

Cita a ciegas

Uno de los tres protagonistas de “El Amor” es Simón, un hombre de 30 años que sufre alexitimia (incapacidad de sentir y expresar emociones), por lo que su madre le organiza citas a ciega para que tenga experiencias afectivas con una mujer y, muy importante, se haga cargo de él.

El grupo familiar que Simón, su madre y el cura del pueblo para quien trabajan también es diferente a lo habitual: así fue que el lazo laboral por desempeñarse en la casa parroquial y en la iglesia generó una genuina amistad.

Por eso, cuando el empleo corre peligro, debido a la inminente muerte del religioso, ambos deciden “enseñarle” a Simón a “sentir el amor”, a través de la inducción mecánica de sentimientos en las citas a ciegas, basados en creencias, prejuicios e ignorancia que chocan con la atracción espontánea del joven por las plantas.

Una suma de presiones que desbordará recuerdos y revelaciones controvertidas, siempre en el marco del aprecio y la amistad.

El amor, Cia. Teatropello (c)

Ambiente cotidiano

Aunque no hay un amplio desarrollo de las condiciones subjetivas del relato, la obra pone un fuerte acento crítico en dos líneas de reflexión sobre la vida contemporánea: la manera de abordar la subsistencia cuando las limitaciones económicas presionan hacia salidas falsas; y cómo la idea y la práctica del concepto del amor se pueden alejar de lo romántico tradicional.

Pero, por sobre todo, la propuesta cuestiona el sentido y las formas tradicionales de buscar soluciones pragmáticas sin atender a la necesidad primordial de un involucrado específico.

El autor y dramaturgo, José Antonio Fuentes, muestra un profundo conocimiento de la cultura maulina al instalar estos conflictos en un ambiente cotidiano, con un tranquilo paso del tiempo que permite valorar lo que se tiene, mientras las conductas y hábitos respiran lo urbano-rural.

Intensifica la acción central en la medida en que se incorporan conflictos que no se desean, pero que tampoco se evitan, que se asumen en algún grado de manera resignada, una forma de la conciencia que permite estar siempre con los pies en la tierra, junto con buscar alternativas, siempre con un cierto secretismo asfixiante.

También la obra genera algunos espacios de duda, respecto de la relación entre la mujer y el cura, la paternidad y una posible violencia encubierta, incertidumbres y conductas que sus diálogos encubren o apenas revelan, asociadas al gesto verbal y corporal alegre y positivo.

Entre ese querer decir y no saber cómo, la propuesta alcanza un nivel de dramatismo que es roto a menudo por las reacciones extravertidas de Simón, agregando desde su mundo Asperger un signo de interrogación al sentido mismo de la vida.

El amor, Cia. Teatropello (c)

Efectividad actoral

Para darle pleno sentido a este relato era fundamental que el desempeño actoral recogiera ciertas maneras de la vida cotidiana, de mañanas, tardes y noches que hablan de trabajo, encuentro, conflictos y distensión.

Así, mientras la obra avanza sin tropiezos construyendo un andamiaje sólido al exponer la historia y su reflexión de base, el elenco se advierte efectivo en el perfilamiento de la relación especial entre madre e hijo, en la dependencia trabajadora-empleador y en la confianza, amistad y respeto, generada luego de muchos años de vivir en comunidad.

Al avezado rendimiento escénico de Héctor Fuentes se suman la chispa y versatilidad de Quena Ramos y el trabajo de Pedro Fuentes, como un Simón con Asperger que, de principio a fin, mantiene un gesto corporal complejo, entre obsesivo, ágil y revelador, en una propuesta cuidada y con mucho trabajo a la vista que muestra el desarrollo y un ángulo del teatro maulino.

El Amor

Programa Teatro Nativo
Teatro Regional del Maule
Dramaturgia y Dirección: José Antonio Fuentes.
Elenco: Cia. Teatropello (Quena Ramos, Héctor Fuentes, Pedro Fuentes)
Músicos en escena: Rosita Carreño, Yair Rojas, Alexis Castro, Arturo Cofré.
Diseño escenografía e iluminación: Hernán Pantoja.
Diseño de vestuario: Marcela Luna.

Galpón Al Margen. Villa Los Nogales 3, 12 Sur 115, Talca. Jueves y viernes (octubre); miércoles y jueves (noviembre), 20.00 horas. Entrada, $ 4.000.
Comunas de Empedrado y Linares (noviembre).