Terminó el Festival de Cine Europeo, una muestra dispar de cintas de ficción y documentales, incluidas animaciones, largometrajes y cortos. Entre las cintas, destaco La Constitución de Rajko Grlić (1947, Zagreb, Croacia). Una invitación a reflexionar que sirve también para Chile y su Constitución.

“La Constitución” es una cinta que aborda una serie de temas como el patriotismo, racismo, tolerancia, homofobia, creencias religiosas, poniendo en cuestión cómo nos percibimos y cómo actuamos. Todo esto en Croacia, un país donde está muy presente la rivalidad con los serbios y las cruentas guerras y disputas que han tenido.

La historia de la película es sobre un profesor homosexual que vive y cuida a su anciano padre, un militar invalido machista y racista que estuvo muchos años preso y no soporta la condición de su hijo. En el mismo edificio vive una pareja formada por una enfermera y un policía de origen serbio.

El profesor es agredido por un grupo de jóvenes nacionalistas, anticomunistas y homofóbicos. El policía, por su parte, está empeñado en estudiar la Constitución de Croacia, para poder ascender.

El profesor y su padre tienen, en lo material, una vida acomodada, mientras la pareja vive en un pequeño departamento semi-subterráneo y con aprietos económicos

La mujer (la única que aparece en el film), entonces, cumple un rol fundamental para vincular a estos hombres cerrados en sus convicciones y prejuicios, y lo hace desde las necesidades de cada cual, la comprensión y la amabilidad. Un personaje que se va abriendo con el transcurso de la película y, al hacerlo, permite que tanto el profesor como el policía también lo hagan.

¿Por qué estás lleno de odio?

“- ¿En serio crees que no sé lo que es el amor? Querida, nunca has amado a un hombre como lo hice yo”, afirma el profesor, mostrando su dolor y un sentimiento de superioridad.

“- Cada día intentas no odiarte”
– Pero, ¿has considerado el suicidio?
– Muchas veces. Pero la vida es bella… y los hombres pueden ser bellísimos”, le contesta el profesor a un alumno.

“La Constitución” indaga en lo profundo de los sentimientos de estas personas, en sus dolores más ocultos, en impotencias y rabias y menosprecios de los que han sido objeto en forma directa o indirecta. Todo ello contrastado con la Constitución de la República de Croacia, evidenciando las distancias abismales entre la realidad y el texto.

Artículo 39: “Todo llamado o incitación a la guerra por odio nacional, racial o religioso o cualquier forma de intolerancia están prohibidos y penados por la ley.”

Sin embargo, esa gran distancia entre el “ideal” de la Constitución y la realidad no impide que, cuando los tres protagonistas leen el texto mientras el policía estudia, se cuestionen, reflexionen e incluso sean movidos a cambiar. La cinta insinúa que la Constitución es un ideal y un instrumento de educación. Para pensar en el caso de Chile.

Finalmente, “La Constitución” deja entrever que el camino es el amor, al punto de ver al profesor llorar al padre maltratador (“Mamá… siempre la trataste mal”), donde la brutalidad y la rudeza (masculinas, en la cinta) son suavizadas -y domesticadas- por la sutileza del cariño, la necesidad de apoyos y de contacto humano, afectivo. Por el alivio que produce el ser vistos, reconocidos por un otro diferente, incluso considerado enemigo.

Una cinta de emociones y sentimientos profundos que invita a reflexionar sobre la condición humana y la necesidad de espantar a sus monstruos.

Gran película.

La Constitución, afiche, Festival de Cine Europeo (c)
La Constitución, afiche, Festival de Cine Europeo (c)

La Constitución (The Constitution)
Rajko Grlic
Croacia, 2018