Los rayados, graffitis y afiches como los rayados y la pintura que los borran son expresiones culturales que reflejan distintas formas de pensar, de vivir y de concebir la sociedad, la ciudad y los espacios púbicos.

La multiplicación de graffitis, rayados y afiches desde el “Estallido Social” ha puesto en la palestra diversos temas, como son los conceptos de Patrimonio, de Creatividad, Cultura, Propiedad Pública y Privada, Libertad de Expresión y Derecho a la Ciudad, entre otros.

Plaza de Armas de Puerto Montt, EM (c)
Plaza de Armas de Puerto Montt, EM (c)

Graffitis, rayados y afiches

Los graffitis, rayados con mensajes y los afiches y volantes que aparecen en paredes y en cuanto soporte que se considere apropiado son –gusten o no- formas de expresión.

Estas formas de expresión, en especial en estos últimos cuatro meses, han mostrado gran dinamismo y, en muchos casos, creatividad, tanto a nivel conceptual como visual (independiente de si los compartimos o no).

Esta creatividad –que en muchos casos apela a sentidos de humor, de ironía, de burla que identificamos con nuestra idiosincrasia– hace aflorar y da soportes a expresiones que, más allá de las posturas y conceptos que propugnan, son expresiones culturales. Culturales en el sentido de formas de vida, de pensar y expresarse.

Violencia

Es indudable que, la gran mayoría de dichas expresiones, no se han realizado con la autorización de los propietarios o administradores de dichos soportes, públicos o privados. Y esto es natural, ya que la existencia misma de los graffitis y rayados es porque no existen otros espacios o soportes para expresarse (no existen, no son accesibles para esas personas o son irrelevantes para ellos). O porque, justamente, se quiere afectar esos espacios por lo que significan.

Tras estos graffitis y rayados hay una indudable violencia al imponer mensajes –incluso si se comparten- a quienes habitan o se sienten identificados con dichos espacios, edificios o soportes (como también lo hace la publicidad en espacios públicos). ¿Por qué debo “hacer mío” un mensaje que se me ha impuesto en la fachada de mi casa, mi lugar de trabajo o en la plaza que frecuento?

Aquí surgen conflictos que reflejan una sociedad fragmentada, sin espacios de expresión y de diálogo, donde amplios sectores han estado marginados por largo tiempo, violentados por un sistema que no escucha.

Puerto Montt, EM (c)
Puerto Montt, EM (c)

El soporte como parte del mensaje

Un mensaje cambia de acuerdo al soporte y al entorno en el que se instala. En este sentido no es lo mismo, por ejemplo, hacer un graffiti en la pared de una casa cualquiera o en el frontis de una farmacia perteneciente a una de las grandes cadenas o de un banco. El mensaje y el soporte -muchas veces- son parte indisoluble del contenido que se quiere transmitir.

Ignorancia

En una sociedad muy fragmentada, con altos niveles ignorancia –en todas las clases sociales y a lo largo de todo el país-, no debiera sorprender que, por ejemplo, se incendie la “Iglesia de Carabineros” (en Santiago), seguramente sin saber que en ella están algunos de los vitrales más antiguos del país y, en especial, que dicha iglesia pertenecía al Hospital San Borja, de gran importancia en la historia de la medicina y social del país (con una gran maternidad).

Esa ignorancia, que ha facilitado que se raye el monumento a las “normalistas” o se atente contra el de José Martí, hace que no necesariamente mensaje y soporte coincidan. Resulta entonces, en muchos casos, algo circunstancial.

GAM (c)
GAM (c)

Borrados de graffitis y rayados

Los graffitis, rayados y afiches surgidos en estos meses son expresiones y material importante de estudio para comprender nuestro país en su diversidad.

Si los graffitis, rayados y afiches pegados en paredes son expresiones culturales y de un momento histórico dignas de registro y estudio (no en vano ya se han publicado diversos libros, como el de Agencia UNO o el de Ceibo Ediciones), también se pueden considerar de la misma forma las acciones contrarias, las tendientes a borrarlos.

Cada una de esas manifestaciones -en la forma como se hacen como en sus resultados) reflejan concepciones de sociedad, de ciudad, de derechos de los ciudadanos, de relaciones con los demás.

Lo anterior permite analizar las formas de actuar, la diversidad, creatividad, etc, existente en los diversos grupos (entendiendo que no hay grupos homogéneos).

Tanto los graffitis, rayados y afiches como las acciones para borrarlos, por “invisibilizarlos” (sean iniciativa de quienes lo hacen o de terceros que son mandados), son expresiones a las que debiéramos estar abiertos para tratar de entender mejor un país fragmentado y fracturado, en especial si queremos colaborar para generar mayor diálogo e integración.