El papa Francisco inició el viernes su visita a la sede de la ONU en Nueva York, donde pronunciará un esperado discurso ante la Asamblea General en el que llamará a luchar contra la pobreza, el cambio climático y resolver los conflictos que obligan a millones de personas a huir de sus hogares en el mundo.

El Pontífice argentino fue recibido por el secretario general de la ONU Ban Ki-moon, su esposa y un grupo de niños que le entregaron unas flores.

Se trata de la quinta visita de un papa a la sede de Naciones Unidas, luego de las de Pablo VI en 1965, Juan Pablo II en 1979 y 1995 y Benedicto XVI en 2008.

Francisco, que tiene previsto hablar ante la Asamblea General a las 10H20 locales (11H20 de Chile), se encuentra en Nueva York desde el jueves por la tarde tras dos días de intensa actividad en Washington, en una gira por Estados Unidos que concluirá el domingo en Filadelfia.

El primer papa del continente americano hablará en español y marcará el tono antes de una cumbre sobre el desarrollo que se abrirá inmediatamente después, con un llamado a luchar contra la pobreza, el cambio climático y resolver los conflictos que obligan a millones de personas a huir de sus hogares en el mundo.

Más de 150 dirigentes mundiales adoptarán un ambicioso plan de acción para los próximos 15 años en materia de pobreza, salud, educación y medio ambiente.

Estos temas “también son las prioridades de la Iglesia católica”, dijo el embajador del Vaticano ante la ONU, Bernardito Auza.

El miércoles en Washington, el Papa coincidió con el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acerca de la preocupación sobre el cambio climático y la necesidad de ayudar a los excluidos.

En un histórico discurso el jueves en la Congreso, volvió a tocar estos temas, y también criticó la venta de armas.

Contra la “globalización de la indiferencia”

La ONU, que festeja sus 70 años con desconcierto, se ha mostrado incapaz de poner fin a la guerra en Siria.

Esta guerra que lleva más de cuatro años se ha convertido en una catástrofe humanitaria, con 250.000 muertos y el éxodo de cuatro millones de personas, muchas de los cuáles ponen en riesgo su vida para tratar de llegar a Europa en busca de un mejor destino.

Respecto a este tema, el Papa llamó a “que cada parroquia, cada comunidad religiosa, cada monasterio, cada santuario de Europa acoja a una familia”, en nombre de la solidaridad y contra la “globalización de la indiferencia” que denuncia desde su elección en 2013.

Él mismo ha dado ejemplo al abrir las puertas a una familia cristiana de refugiados sirios, la cual ha sido instalada en un apartamento cerca de la basílica de San Pedro.

El papa argentino no duda en denunciar el “genocidio” de los cristianos en Oriente, víctimas de yihadistas en Irak y Siria.

Pero Francisco, de 78 años, no es un hombre político y, antes que nada, hablará como “pastor, dirigente religioso, profeta y padre”, comentó Auza.

Miles de personas recibieron el jueves al Papa en la Quinta Avenida de Nueva York, antes de encabezar una misa vespertina en la Catedral de San Patricio, colmada con unas 2.500 personas.

Tras su visita a la ONU, el Papa ofrecerá un servicio interreligioso en el Museo del 11 de Septiembre, visitará una escuela católica en Harlem, encabezará una procesión en Central Park y cerrará su visita a Nueva York con una misa en el Madison Square Garden.