El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el lunes por unanimidad una resolución que ratifica el acuerdo nuclear firmado por Irán y las grandes potencias, que abre el camino al levantamiento de las sanciones internacionales que asfixian a la economía iraní.
El texto estipula que, con la condición de que Irán respete estrictamente el acuerdo, “se derogarán” las siete resoluciones adoptadas por la ONU desde 2006 para sancionar a Teherán por su programa nuclear.
El histórico acuerdo se alcanzó el martes pasado en Viena entre Teherán y los cinco miembros permanentes del Consejo (EEUU, Rusia, Francia, Reino Unido y China) más Alemania.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, elogió la aprobación de la resolución del Consejo de Seguridad y dijo que esperaba que sus opositores domésticos tomaran nota de ello.
El mandatario dijo esperar que la resolución envíe “un mensaje claro de que la abrumadora mayoría de países” reconoce que la diplomacia es “por lejos nuestro enfoque más sólido para garantizar que Irán no se dotará de una arma nuclear”.
“Existe un amplio consenso internacional sobre este tema”, agregó Obama. “Trabajo sobre el supuesto de que el Congreso tomará nota de este amplio consenso de base”, expresó.
“Este acuerdo no responde a todas nuestras preocupaciones, pero si se aplica hará que el mundo sea más seguro”, afirmó la embajadora estadounidense ante la ONU, Samantha Power.
“Pasamos no solo una página, sino todo un capítulo (…) y creamos una nueva realidad”, comentó el embajador ruso Vitali Churkin. “Esperamos que todos los países se adapten rápidamente a este nuevo escenario y contribuyan a que el acuerdo tenga éxito”, dijo.
Israel rechazo con firmeza el acuerdo. El secretario estadounidense de Defensa, Ashton Carter, dijo en Tel Aviv que “Israel es la piedra angular de la estrategia estadounidense en Medio Oriente” y agregó que Estados Unidos está dispuesto a reforzar su ayuda militar.
Pero estas declaraciones no parecen cambiar la postura del estado hebreo. El embajador de Israel ante la ONU, Ron Prosor, acusó al Consejo de “haber recompensado al país más peligroso del planeta”.
“Es un día triste para Israel y para el mundo”, añadió.
Para el jefe de la diplomacia francesa, Laurent Fabius, la resolución 2231 es “una etapa importante en la puesta en marcha (del acuerdo) y su adopción por unanimidad es una buena noticia”.
El ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohammad Javad Zarif, uno de los negociadores del acuerdo, espera que de ahora en más el Consejo “cambiará fundamentalmente” su actitud hacia Irán, según escribió en su cuenta de Twitter.
El embajador iraní ante la ONU, Gholamali Khoshroo, invitó a las monarquías del Golfo, preocupadas, por el acuerdo de Viena, a “trabajar juntos para abordar nuestros desafíos comunes, incluido el extremismo violento”.
Semanas decisivas
“Las próximas semanas serán decisivas”, advirtió el embajador francés François Delattre. “Juzgaremos en la práctica la voluntad de Irán de que el acuerdo sea un éxito”, añadió.
Según el texto de la resolución, el Consejo “ratifica” el acuerdo de Viena, “pide encarecidamente que sea plenamente aplicado según el calendario actualizado” por los negociadores e insta a los países miembro de la ONU a facilitar su puesta en vigor.
El Consejo encarga a la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) la realización de “las verificaciones y controles necesarios de los compromisos nucleares asumidos por Irán”, como la limitación del número de sus centrifugadoras y de sus reservas de material fisible, y exige que Irán “colabore plenamente” con la AIEA.
No bien el Consejo reciba un informe de la AIEA constatando que el programa nuclear iraní es a partir de ahora totalmente pacífico, “se derogarán” las siete resoluciones tomadas por la ONU desde 2006 para sancionar a Irán (resoluciones 1696, 1737, 1747, 1803, 1835, 1929 y 2224).
Estas resoluciones prohíben el comercio de bienes y servicios vinculados a las actividades nucleares iraníes, congelan los haberes financieros de personalidades y empresas iraníes e imponen embargos sobre armas convencionales y misiles balísticos.
El primero de esos embargos seguirá, sin embargo, en vigor durante cinco años y el segundo durante ocho.
Al cabo de diez años, la duración de la validez del acuerdo de Viena, la ONU cerrará el caso Irán.
Pero si Teherán viola cualquiera de sus compromisos, el Consejo podrá restablecer todas las sanciones de manera casi automática.
Estados Unidos y la Unión Europea también impusieron sanciones económicas bilaterales a Irán, sobre todo en materia de energía y finanzas. El acuerdo de Viena prevé su levantamiento progresivo y condicional.
Por ahora queda el obstáculo del Congreso estadounidense, que debe pronunciarse en los próximos 60 días y cuya mayoría republicana es hostil al acuerdo.