Nuevos bombardeos aéreos de la coalición dirigida por Arabia Saudí apuntaron este lunes a posiciones de los rebeldes en el sur de Yemen, principalmente en Adén, donde la población sigue sufriendo una falta total de recursos, denunciaron médicos y habitantes.

Los ataques de la coalición árabe liderada por Riad se prolongaron hasta las 06:00 horas y fueron dirigidos contra puestos de control y posiciones de los rebeldes en las entradas de la gran ciudad portuaria de Adén.

Al alba, los aviones bombardearon el complejo presidencial ocupado por los rebeldes y que fue el último refugio del jefe del Estado Abd Rabo Mansur Hadi, antes que huyera hacia Arabia Saudí en la víspera del inicio de la intervención militar árabo-sunita, el 26 de marzo.

Cinco personas (dos civiles y tres combatientes) partidarios de Hadi, fueron abatidas por francotiradores, según un médico.

Durante la noche, los enfrentamientos entre los combatientes leales a Hadi y los rebeldes chiitas hutíes y sus aliados —los militares fieles al ex jefe del Estado Ali Abdalá Saleh— tuvieron lugar en varios barrios de la ciudad, según los habitantes.

Un militante partidario de Hadi, Metaz al Maisuri, residente en Adén, informó de que desde finales de marzo ha habido un “éxodo masivo” de familias que han huido de la ciudad a causa de la intensidad de los combates.

“Las escuelas, las universidades y las empresas públicas y privadas han cerrado”, dijo, agregando que “numerosos obreros y empleados han sido despedidos por sus superiores porque no les podían pagar”.

A la población le falta de todo, alimentos principalmente, según las organizaciones humanitarias. “No podemos salir de nuestras casas por culpa de los francotiradores hutíes”, explicó Adwaa Mubarak, una mujer de 48 años.

Tras partir en septiembre desde Saada, su bastión en el norte de Yemen, los rebeldes hutíes se han hecho con el control de la capital, Saná, de regiones del centro y del oeste, así como de territorios en el sur, lo que provocó la intervención saudí.

Riad acusa a Irán, chiita, de enviar armas a los rebeldes, algo que Teherán niega.