En febrero próximo se cumplirán 7 años del crimen del martillero público Jaime Oliva a manos del otrora dueño de la Universidad Santo Tomás, Gerardo Rocha, quien provocó un incendio en la casa que el primero poseía en El Quisco con el fin de asesinarlo. Esto por celos ya que Rocha estaba seguro de que su entonces pareja había tenido una relación anterior con Oliva.

El empresario resultó con heridas de gravedad que finalmente le generaron la muerte en mayo de 2008.

El periodista Benedicto Castillo, quien escribió libros como El cóndor quiere carne, sobre el asesinato de Tucapel Jiménez; Magnicidio, sobre la muerte de Eduardo Frei Montalva; y Pinochet, el gran comisionista, investigó por tres años lo ocurrido entre Rocha Oliva.

El resultado es el libro El empresario que enloqueció de amor, el cual Castillo presentó en el programa Expreso Bío Bío.

En el texto se cuenta de los lazos entre Rocha y su amigo Manuel Contreras, ex director de la DINA. “Lo más probable es que Contreras le puso hombres dentro del ámbito delincuencial que los pudiera ocupar en, a lo menos, tres eventos“, señaló.

Entre esos hechos se encuentra la quema de la casa de Rubén Covarrubias, entonces director de la Dirección de Educación Superior, quien en la década de los 80 rechazó el proyecto educativo que proponía Rocha.

El libro detalla cómo Rocha fue perdiendo la cordura, además de entregar el testimonio de sus cómplices. Además, se adentra en el perfil de lobbista que tenía Oliva, quien se relacionaba con el Poder Judicial.

Llegó el momento en que (Oliva) descubre que tenía un amigo muy importante: el presidente de la Corte Suprema, Servando Jordán. Empiezan a actuar en conjunto. Le organizaba las fiestas, organizaba las movidas que hacía Jordán para captar clientes. Los clientes que querían un fallo a la medida, Oliva los conseguía”, expresó, añadiendo que en esas fiestas se consumían drogas.

“Yo creo que lobbistas en el Poder Judicial existen hasta hoy. Este sistema nuevo de justicia está contaminado. Me han entregado información (…) Me contaron el caso de un fiscal, con apellido italiano, que por $10 millones entregó un fallo a la medida“, agregó.

Escucha la entrevista completa realizada por Patricio Cuevas en Expreso Bío Bío: