No a una guerra terrestre estadounidense contra los yihadistas de la organización Estado Islámico: es el mensaje que los demócratas del Senado de Estados Unidos enviaron este jueves a Barack Obama, formalizando así su posición sobre un proyecto de autorización de uso de la fuerza militar.

Tras un áspero debate, la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, dominada por los demócratas, adoptó el jueves un proyecto de “autorización para el uso de la fuerza militar” contra el EI, que define los límites de la acción militar estadounidense iniciada en agosto.

El texto, al que todos los republicanos se opusieron, prohibiría al presidente estadounidense desplegar tropas de combate terrestres a gran escala contra el EI y limitaría la operación a tres años.

“Podrá haber tropas en el terreno, pero no estadounidenses”, explicó el presidente demócrata de la Comisión, Robert Menendez.

Es improbable que el texto sea adoptado por el Congreso actual, que esta semana suspende sus sesiones hasta enero, mes en el que la nueva mayoría republicana entrará en funciones.

Pero permite a los demócratas, traumatizados por la guerra en Irak, fijar una línea roja antes del debate que se abrirá en ambas cámaras del Congreso en 2015. 

En los últimos meses, Obama ordenó ataques aéreos en Irak y Siria y desplegó a 3.100 consejeros militares estadounidenses en el terreno, apoyándose, según él, en precedentes autorizaciones parlamentarias. La primera tomada tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra Al Qaeda, los talibanes y otros grupos “terroristas”, la segunda en 2002 para invadir Irak.

Pero varios parlamentarios cuestionan la legalidad de estas acciones y están decididos a no permitir a Barack Obama lanzar una guerra sin el permiso del Congreso. Quieren también revocar la autorización de 2002 y actualizar la de 2001 contra Al Qaeda.

El ejecutivo está en contra de cualquier limitación geográfica, que restringiría la guerra a Irak y Siria, así como de toda restricción previa al despliegue de tropas terrestres. 

El presidente estadounidense debe ser libre de adaptarse a las evoluciones futuras de la guerra contra los yihadistas, alegó el secretario de Estado John Kerry.