Más de 300 policías surcoreanos han sido desplegados cerca de la frontera con Corea del Norte con motivo del anunciado lanzamiento de octavillas políticas de un grupo de activistas contra el régimen de Pyongyang que ha amenazado con represalias.
Los activistas planean soltar globos con unas 40.000 octavillas con críticas al gobierno de Pyongyang en un parque de la ciudad fronteriza de Paju, a unos 40 kilómetros del norte de Seúl.
Cerca del parque, unos 20 residentes han bloqueado la carretera con dos tractores con una pancarta que reza: “¡Paren el lanzamiento de octavillas contra el Norte que amenazan nuestras vidas!”.
“Nos convertiremos en las víctimas de bombardeos si se dispersan las octavillas”, reza otra pancarta colgada en un árbol.
Aunque Seúl piensa que los activistas tiene el derecho democrático de lanzar octavillas, la policía ha advertido que podrá intervenir para evitar enfrentamientos entre los activistas y los habitantes del lugar.
Pyongyang, que tilda a los activistas de “escoria humana”, lleva tiempo condenando estos lanzamientos pero en las últimas semanas ha exigido a Seúl que ponga fin a estas prácticas.
Hace dos semanas, guardias de la frontera norcoreana intentaron echar abajo algunos globos, provocando un breve intercambio de disparos entre los dos lados.
El Norte ha advertido que en caso de que no cesen estos lanzamientos de propaganda política la proyectada reanudación de negociaciones de alto nivel entre las dos Coreas podría estar en peligro.
Residentes locales en Paju insisten en que las amenazas de represalias militares de Corea del Norte son creíbles y que los activistas están poniendo sus vidas y sus trabajos en peligro.
Mientras tanto el Sur alega que no hay bases legales para prohibirlos pero ha instado a los activistas a que impere el sentido común y no lo hagan.