El gobierno y la oposición venezolana destacaron el martes pasado el respeto y tolerancia mutuos para avanzar en un diálogo de paz tras dos meses de sangrientas protestas y pese a que en la mesa de discusión rápidamente se confirmaron divergencias de fondo.
La negativa del gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro al pedido de una amnistía -algo que el jefe de Estado ya había anticipado varias veces estos días- fue el primer punto de desacuerdo, sobre el cual ambas partes buscarán soluciones alternas, se informó tras el encuentro.
Las delegaciones del gobierno, liderada por el vicepresidente Jorge Arreaza, y de la variopinta alianza opositora, encabezada por su secretario ejecutivo, Ramon Guillermo Aveledo, se reunieron por espacio de tres horas y media en presencia de los cancilleres de Colombia, Ecuador y Brasil y del nuncio apostólico, designados “testigos de buena fe”.
Durante el encuentro “ratificamos nuestro rechazo absoluto y fuera de toda duda de cualquier manifestación de violencia” así como “nuestro respeto a la Constitución”, dijo Aveledo en una declaración que debe haber dejado satisfecho al gobierno, que reclamaba de los opositores precisamente esos puntos, entre otros.
Venezuela es desde febrero escenario de protestas iniciadas por estudiantes en reclamo por la inseguridad, a las que luego se sumaron sectores radicales de la oposición que impulsaron la táctica de ocupar las calles con protestas para forzar la renuncia de Maduro, heredero político de Hugo Chávez.
Las protestas degeneraron regularmente en batallas callejeras nocturnas entre manifestantes encapuchados, unidades antimotines y grupos de civiles armados que la oposición califica como oficialistas, con saldo de 41 muertos, más de 600 heridos, 175 detenidos y 120 denuncias de abusos a los derechos humanos.
Cuando la oposición volvió a la carga con el tema de pedir una amnistía, la negativa del gobierno salió a la luz, aunque según Aveledo, quedó abierta la posibilidad de seguir hablando.
“Hay una cantidad de venezolanos que son prisioneros por causa de sus luchas cívicas. El gobierno lo ve de modo distinto, pero hay coincidencia en que eso es un problema (…) Hemos propuesto una ley de amnistía, pero eso no ha sido aceptado. Vamos a explorar otros caminos para abordar esos temas”, dijo el opositor.
“El camino no es fácil. No estamos hablando de una pista tersa sin obstáculos. Este diálogo al cual nos hemos atrevido unos y otros no es sencillo para nadie, pero estamos dispuestos –y así ha quedado demostrado hoy– a encontrar ventanas y tratar de construir juntos caminos”, dijo Aveledo.
“La reunión siempre se llevó a cabo en buenos términos, con respeto y con tolerancia. (…) Avanza el diálogo por la paz, avanza el diálogo por la justicia sin impunidad” informó a su turno el vicepresidente Jorge Arreaza, quien encabezó la delegación oficial.