Este lunes comenzó el juicio oral contra los tres hombres confesos de haber asaltado, de manera violenta, la casa del vicerrector de la Universidad San Sebastián en Valdivia en septiembre de 2012. Ante ésto, la Fiscalía pide presidio perpetuo simple contra los acusados.

La audiencia partió con un llamado de atención por parte de la presidenta de la sala del Tribunal Oral en lo Penal, Cecilia Samur, a dos de los autores confesos del atraco.

En la audiencia, José Bernardo Díaz Soto, Pablo Alvarado Llancaleo y Alberto Assef González. reconocieron ser los autores del robo, en el que ocho personas permanecieron maniatadas y amenazadas con armas de fuego por más de una hora.

La fiscal Tatiana Esquivel, pide una pena de presidio perpetuo simple contra los tres imputados, y en su alegato de apertura planteó que sólo por un hecho providencial el delito no fue más grave. Según la persecutora los acusados estaban dispuestos a matar

El abogado defensor, Cristian Otarola, adelantó que su estrategia no es desvirtuar el delito. Reconoce la acusación de la Fiscalía, pero apunta a obtener una pena menor a la pedida por el Ministerio Público.

En este caso, Alvarado y Díaz cometieron el asalto a sólo 15 días de haber protagonizado una violenta fuga desde la cárcel de Río Bueno, donde dejaron a un gendarme con fracturas en la cabeza.

Este hecho ocurrió la tarde del 10 de septiembre, cuando el hijo de 15 años del vicerrector de la Universidad San Sebastián estaba en su casa, en Torobayo, escuchando música con audífonos. Mientras su hermana, de 19 años, permanecía en su pieza.

De repente, comenzó a sentir un ruido muy fuerte y al mirar vio a un encapuchado que con arma en mano le obligaba a abrir la puerta para dejarlo entrar. Así lo relató ante el tribunal oral en lo Penal, donde declaró protegido por un biombo

A la misma hora, Gabriela Rencoret volvía junto a su esposo, Pablo Hoffmann y con dos de sus hijos, a su casa. Se había comunicado durante los últimos minutos con su hija que estaba en la vivienda a través de wathsapp, pero ella de pronto, dejó de contestarle. No sospechó nada, pero cuando llegaron a la casa, se encontraron con un violento escenario.

Entre lágrimas, la mujer recordó que recién cuando los llevaron a la fuerza al interior de la casa pudo comprobar que sus dos hijos menores estaban con vida.

Los tres acusados actuaron encapuchados, usando guantes y con armas a punto de ser disparadas. Gabriela Renconret relató que les prohibieron hablar, les prohibieron abrir los ojos o comunicarse de alguna forma. Pedían armas, dinero y una caja fuerte.

Y en algún momento, comentó la mujer, su esposo Pablo les respondió. Allí temió lo peor

En la primera jornada también rindió testimonio la hija de Hoffmann, quien estaba en la casa cuando los delincuentes llegaron.

Se espera que el juicio oral continúe hasta el miércoles, y durante él 9 testigos prestarán declaración a través de un biombo, 8 de ellos víctimas directas del violento asalto.