La salida de Omar Labruna ratifica la pésima gestión de los dirigentes de Blanco y Negro. Once técnicos luego de la salida de Claudio Borghi, dos títulos es una ofensa para los hinchas del “Cacique”, que ya se cansaron de esperar y ver como su archirrival suma y suma títulos, incluyendo la Copa Sudamericana.

Ahora nuevamente apostaron por un técnico interino: Hugo González, que ya había participado en los periodos de Fernando Astengo y Luis Pérez. Esta vez acompañado de Héctor Tapia, ex goleador de los albos.

El tema es claro, el sistema de rotación de entrenadores es un total fracaso, cuya culpa es en un 100 % de Blanco y Negro, la que no se supo asesorar (o no quiso escuchar) en la parte deportiva para traer jugadores de calidad, y que rindieran de inmediato en un club que no puede esperar más y que lleva esperando mucho tiempo volver a gritar “Campeón”.

El hincha va al estadio solamente a insultar y pedir la salida de los dirigentes que según ellos no sirven. ¿Cómo responden? Con precios realmente que insultan al origen del forofo albo, gente que vive más cerca del pueblo que de las clases acomodadas.

¿Colo Colo sufrirá el efecto del salitre? o sea, sacar todo el dinero posible no importando el sacrificio del nombre y extinguir la marca de Colo Colo. La gente ya no aguanta más, se moviliza y reclama por los constantes fracasos.

Pero hay que marcar un detalle, que reclame y se moleste el hincha, el socio, el fanático, no el barrista que hasta hace pocos años estaba ligado económicamente con antiguos dirigentes.