El gobierno de la presidenta Dilma Rousseff habrá sacado en marzo a 22 millones de brasilenos de la extrema pobreza, y se propone hacer lo propio con otros 2,5 millones para acabar definitivamente con la miseria en el país, anunció este martes la ministra de Desarrollo Social.
Rousseff llegó al poder en enero de 2011 con el compromiso de acabar con la miseria en este gigante de 194 millones de habitantes, una de las naciones que presenta una brecha social más amplia.
El gobierno se disponía a anunciar este martes una ampliación de los programas sociales que se hará efectiva en marzo, con la que pretende llegar a las últimas familias cuya renta per cápita no alcanza a 1,25 dólares por día, considerada internacinalmente la línea de la extrema pobreza, explicó la ministra Tereza Campello en entrevista con corresponsales extranjeros.
“A partir del 18 de marzo ningún beneficiario del Bolsa Familia -los programas sociales del gobierno- estará en la extrema pobreza. Significa que conseguimos dentro de los dos años del gobierno de la presidenta Rousseff elevar la renta de 22 millones de personas por encima de los 70 reales al mes (1,25 dólares por día)”, dijo.
La ministra explicó que existen áun unas “700.000 familias (unos 2,5 millones de personas) que no fueron localizadas”, y que el gobierno se ha impuesto encontrar, entre la selva amazónica y el sur y el sureste del país.
“Nuestro objetivo es localizar a esas personas” extremadamente pobres, que no reciben asistencia estatal, “en el tiempo que tenemos” de gobierno, que concluye en dos años, señaló la ministra.