Si la escuela de samba Barroca Zona Sul brilla cuando ocupe el rol protagónico en el sambódromo de Sao Paulo el próximo martes, parte del crédito se deberá probablemente a la vanguardista diseñadora de moda japonesa Junko Koshino.
La estilista, nacida en Osaka, famosa por diseñar vestuario para óperas y uniformes para equipos deportivos y empresas, generalmente se siente más cómoda en altos círculos de la moda en París, Pekín o Nueva York.
Pero aquí estaba el miércoles de noche, interactuando con los humildes habitantes de Jabaquara, un distrito de Sao Paulo de clase trabajadora.
Tras un cálido recibimiento de los integrantes de la escuela y la comunidad japonesa local, comenzó el trabajo y se unió al último ensayo antes de que Barroca ingrese al sambódromo. Creada en 1974 y conocida oficialmente como ‘Faculdade do Samba’, Barroca será la última de 12 escuelas que compiten en la división inferior del carnaval de Sao Paulo, que comenzó el viernes.
“Elegí ayudar a Barroca porque fue la primera escuela de samba que introdujo un ala japonesa en Brasil”, dijo Koshino a la AFP. “Es una manera de agradecer, de devolver”.
Barroca centra su desfile este año en la historia de Jabaquara, un distrito étnicamente diverso que incluye Jardim Oriental, una comunidad en la que viven muchos japoneses.
La portavoz de Barroca, Rosa Maria Gomes de Oliveira, explicó que la idea era celebrar las variadas comunidades del área, integradas por afro-brasileños, españoles, alemanes y japoneses.
“Soy responsable de supervisar el ala Jardim Oriental de la escuela de samba, que tendrá una colorida fantasía alegórica representando el Japón contemporáneo, el Japón del futuro”, contó Koshino. El ala tendrá 90 integrantes vistiendo kimonos blancos y negros, explicó su asistente Eliza Ohtsuka. Otros desfilarán con disfraces rosas y verdes, y con linternas plegables de los mismos colores, añadió.
En el desfile, las escuelas son juzgadas en varias categorías -incluido tema, disfraces y organización general- durante su recorrido de 45 minutos por el sambódromo, que puede acoger hasta 30.000 espectadores (menos de la mitad que el de Rio).
De Oliveira dijo que hace tiempo que Koshino quiere hacer un documental sobre el carnaval. “Pero no quería un carnaval de élite, un carnaval con muchos auspiciantes. Quería un carnaval con raíces en una comunidad real”, dijo. “Vino a Brasil en noviembre, descubrió nuestra escuela y comenzó a trabajar en un documental”.
En el ensayo realizado en un centro comunitario escondido bajo una autovía expresa, Koshino dirigió a los integrantes de la escuela en una elaborada danza, cargando linternas plegables rosas y verdes similares a las utilizadas en Japón en ocasiones festivas.
Un equipo de televisión japonés estaba presente para filmar un documental sobre Koshino y Barroca.
Las 14 escuelas de samba más importantes de Sao Paulo realizaron sus lujosos y extravagantes desfiles el viernes y sábado por la noche. “No somos una escuela rica y sólo sobrevivimos gracias a donaciones, contribuciones de miembros y ayuda de la comunidad”, dijo De Oliveira.
Brasil acoge a la mayor comunidad japonesa fuera del archipiélago. Los brasileños de origen japonés son unos 1,8 millones, un poco más de 1% de la población total. Un 60% de ellos vive en el populoso estado de Sao Paulo.