En el Día Mundial de la Diabetes, es fundamental alertar a la población en torno a esta enfermedad. En este sentido hemos recopilado dos estudios que muestran que los problemas de sueño y el estrés laboral, aumentan los riesgos de padecer el mal.
La primera investigación, realizada por un equipo franco-británico ciudad de Lille (profesor Philippe Froguel, Instituto Pasteur-Centro de Investigaciones Científicas de Francia/Imperial College London), estableció la relación entre un gen, que juega un papel clave en la sincronización de nuestro reloj biológico, con la forma más frecuente de esta enfermedad: la Diabetes tipo 2 (90%).
Desde hace varios años se sabía que un mal sueño aumentaba los riesgos de ser diabético, pero se ignoraba por qué.
Estas investigaciones, publicadas en enero por la revista especializada Nature Genetics, podrían desembocar en nuevos medicamentos para curar o prevenir esta enfermedad metabólica, según ellos.
Los investigadores se interesaron en un receptor de una hormona llamada melatonina, producida por una pequeña glándula del cerebro cuando la luz baja. La melatonina, llamada igualmente hormona de la noche, juega el papel de “guardián” del reloj biológico que sincroniza cuando cae la noche, explicó el profesor Froguel.
En tanto, otro estudio realizado por investigadores del Instituto de Investigación sobre Trabajo y Salud (IWH, por sus siglas en inglés), y del Instituto de Ciencias Clínicas Evaluativas (ICES, por sus siglas en inglés), de Toronto, demostró un vínculo directo entre el estrés laboral y la diabetes.
Las mujeres que ocupan puestos laborales de baja jerarquía y sufren estrés en su lugar de trabajo tienen el doble de probabilidades de padecer diabetes que las que no padecen presiones profesionales, según un estudio publicado en agosto en Canadá.
A diferencia de los hombres, las mujeres a menudo reaccionan al estrés comiendo más productos con azúcar y grasa, declaró a la AFP uno de los autores del estudio, Peter Smith.
La incidencia de la diabetes ha aumentado en Canadá y este factor de riesgo puede modificarse para combatir el fenómeno, escribieron Smith, del IWH, y Richard Glazier, del ICES.
La investigación, realizada durante nueve años, mostró una relación entre el grado de autonomía en el trabajo y la incidencia de diabetes en la población femenina, señalan los autores en el estudio publicado en la revista de medicina ocupacional Journal of Occupational Medicine.
En otras palabras, explicó Smith a la AFP, las mujeres estresadas podrían ser llevadas a consumir más azúcares y grasas.
El estrés laboral parece favorecer la diabetes a través de dos fenómenos.
Por un lado, la diabetes se favorecería por las perturbaciones generadas en el sistema neuroendocrino y el sistema inmune, que provocan una mayor producción de hormonas como el cortisol y la adrenalina, y por otro, por los cambios en la conducta alimentaria y el gasto energético.
Después de haber seguido a 7.443 personas en actividad durante nueve años, los investigadores encontraron que la proporción de casos de diabetes debido al estrés laboral entre las mujeres fue del 19%.
Esta cifra es superior a la relacionadas con el tabaquismo, la bebida, la actividad física o el nivel de consumo de frutas y verduras, pero menor que el riesgo que supone la obesidad.
No se constató la misma relación entre los hombres. Éstos reaccionan de manera diferente al estrés, tanto en el plano hormonal como en los hábitos de consumo, dijo Smith en un correo electrónico a la AFP.