Un centenar de personas se manifestaron el domingo contra el cierre de la única central eléctrica nuclear en Quebec, cuya operativa está detenida desde finales de julio por una falla y cuya puesta en funcionamiento se estima en 4.300 millones de dólares.

“El gobierno hizo lo suyo, pero en Bécancour, deseamos ser informados, escuchados, respetados y apoyados”, dijo en un comunicado el alcalde de la ciudad de Bécancour (al noreste de Montreal), Gaetane Desilets, reiterando su solicitud de reunirse con la primera ministra de Quebec, Pauline Marois, quien ha prometido cerrar la planta.

Los manifestantes eran en su mayoría trabajadores que se oponen al cierre de la central.

En un informe confidencial publicado el sábado por el diario Le Devoir, la generadora pública de energía Hydro-Québec también recomendó el cierre de la planta, estimando su puesta en marcha en 4.300 millones de dólares.

Para Hydro-Québec, continuar operando la planta implicaría un déficit anual de 215 millones de dólares.

Inaugurada en 1983, la central Gentilly-2 detuvo su operativa desde finales de julio debido a un fallo. La sustitución del reactor fue evaluada en 2008 en 1.900 millones de dólares.

La mayor parte de la electricidad de Québec proviene de grandes represas hidroeléctricas en el norte de la provincia, Gentilly-2 sólo supone el 2% de la producción total.