Las autoridades españolas contrataron a dos agencias para auditar a sus bancos y despejar cualquier duda sobre el valor de la cartera de sus préstamos inmobiliarios, y descartar la necesidad de ayuda externa para sanear el sector bancario.

La contratación de Roland Berger y Oliver Wyman pretende disipar los temores sobre el verdadero valor de los activos de los bancos en el sector inmobiliario, que estalló en 2008.

Pese a las garantías de Madrid, muchos inversores creen que los activos de lo que en España se denomina el ladrillo son mayores de lo que se reconoce y temen que el Estado tenga que salir en ayuda de los bancos con problemas.

Como consecuencia, los intereses de la deuda soberana española han subido.

En la última reforma del sistema bancario, anunciada el 11 de mayo, el gobierno exigió a los bancos nuevas provisiones de 30.000 millones de euros, que se suman a los 53.800 millones de euros previstos en febrero.

También prometió designar auditorías independientes para verificar las cuentas, que tenían 184.000 millones de euros de activos problemáticos a finales de 2011, el 60% del total de los préstamos inmobiliarios.

“El objetivo de esta iniciativa es incrementar la transparencia y despejar definitivamente las dudas acerca de la valoración de los activos bancarios en España”, afirmó el Banco de España en un comunicado.

La auditoría que realizarán el gabinete de consultaría alemán Roland Berger y Oliver Wyman, que forma parte del grupo con sede en Nueva York Marsh & McLennan, constará de dos partes, según el banco central.

Una primera consistirá en hacer una evaluación general de los balances bancarios en España y de su capacidad de resistencia ante un escenario adverso. Su resultado se conocerá en la segunda quincena de junio.

La otra pieza fundamental del plan “será un contraste de los procedimientos de estimación y calificación del deterioro de los activos bancarios de cada grupo bancario”, explica el comunicado.

Para ello, las dos consultoras contratarán a tres auditores para finales de mayo, que se encargarán del trabajo de campo sobre la calidad de los procedimientos bancarios para reconocer y hacer provisiones para los préstamos dudosos.

Los resultados de este trabajo se darán a conocer “en los próximos meses”, dijo el banco central.

El ministro de Economía español, Luis de Guindos, dijo a la prensa en un foro que el país no necesita ayuda externa para salvar a sus bancos y se mostró optimista de la auditoría del sector bancario.

“No es necesario ningún tipo de ayuda externa”, dijo de Guindos antes de agregar que en el caso de que se necesitara estará el Frob (fondo público de ayuda al sector, ndlr) para inyectar” dinero.

“Estoy bastante confiado en que las valoraciones no pondrán de manifiesto más necesidades”, añadió Guindos, antes de precisar que “el gobierno está abierto a lo que digan los auditores independientes, pero el esfuerzo que se ha hecho y el FMI lo confirmará en unos días (en un informe), yo creo que es especialmente relevante”.

En cuanto a Bankia, cuarto banco del país que acaba de ser parcialmente nacionalizado, de Guindos dijo que sería necesario, en total, “un saneamiento adicional de unos 7.000-7.500 millones de euros”, es decir unos 3.000 millones más que los 4.465 millones de préstamos públicos recientemente convertidos en participaciones, para hacer posible el control por parte del Estado.

Los bancos españoles informaron que los créditos dudosos representan 147.968 millones de euros en marzo, un 8,37% del total y el nivel más alto en 18 años, según datos del banco central.

El servicio de inversión de la agencia de calificación Moody’s rebajó la nota de 16 bancos españoles entre uno y tres peldaños alegando los efectos de la recesión.