La serie de culto “Mad Men”, que retrata los brillos y sombras del ambiente publicitario en los años 1960 en Nueva York, vuelve el domingo a la pantalla chica estadounidense en su quinta temporada, tras un año y medio de ausencia y una encarnizada lucha por su supervivencia.
Los espectadores del pequeño canal de cable AMC volverán a ver al tenebroso Don Draper (Jon Hamm) y a la ambiciosa Peggy Olson (Elisabeth Moss), así como a toda la galería de personajes inventados por Matthew Wiener, el creador de la serie, en un primer episodio excepcional de dos horas.
Excepcional por más de una razón: “Mad Men” es la única serie en ganar el premio Emmy a mejor serie dramática en cada una de sus temporadas, cuatro años seguidos, y su prestigio actual es retomado por numerosas marcas que aprovechan la moda de este renacer de los años 1960.
No obstante, la serie corrió el riesgo de desaparecer. A principios de 2011, cuando la renegociación de los contratos entre Weiner, AMC y la productora Lionsgate estaba en un punto muerto, el creador de la serie se retiró de la mesa de negociaciones, como reveló él mismo al diario The New York Times.
En particular, Lionsgate quería reducir los costos de producción suprimiendo actores y AMC quería introducir más avisos publicitarios durante la transmisión de la serie, lo que recortaría la duración de cada episodio.
Al final, si bien el bloqueo retrasó la producción de la quinta temporada, Weiner se salió con la suya: salvó a todos sus actores y obtuvo un jugoso salario de 10 millones de dólares por temporada.
No obstante, aceptó reducir la duración de los episodios de 47 a 45 minutos, excepto el primero y el último.
Tras la firma del acuerdo a fines de marzo de 2011, Weiner agradeció a AMC y Lionsgate “por haber accedido a defender (su) libertad artística, la de los actores y del equipo técnico, y por seguir grabando la serie exactamente como era en sus inicios”.
Ironía de la historia: su lucha contra los financistas fue eco de los comentarios que publicó el blog oficial de “Mad Men” en sus inicios, cuando la serie hacía un paralelismo entre Hollywood y el mundo de la publicidad.
“Creo que la batalla entre la creación y los negocios siempre está presente”, afirmó.
“Si tengo algo que decir sobre el mundo de la publicidad y el derecho de autor en particular, es que porque soy gionista. Pienso que ambas actividades son muy similares. A los creadores les encanta considerarse artistas. Y cuando hay dinero en juego, la pregunta que se hacen es: ‘¿Qué es más divertido?’”.
Para AMC, “Mad Men” es sobre todo una cuestión de imagen, porque la serie con una audiencia promedio de 3,2 millones de telespectadores en su cuarta temporada, no es la más popular del canal. Este honor es para “The Walking Dead”, que congregó a nueve millones de fieles seguidores en su segunda temporada.
Pero la influencia de la serie desborda las fronteras del canal y hay muchas marcas que se suben a la ola ‘retro’ de “Mad Men”, esperando seducir a su base de incondicionales seguidores. En su página en Facebook, “Mad Men”, cuyo nombre refiere a los hombres que trabajan en la mítica Avenida Madison de Nueva York, sede de las grandes agencias de publicidad, tiene más de 1,8 millones de fans.
La tienda de ropa Banana Republic firmó una colección “Mad Men”, Estée Lauder sacó una línea de cosméticos inspirada en la serie, e incluso Barbie y Ken cambiaron su look en 2010 y se pusieron la piel de Don Draper y su esposa Betty. Sin olvidar el ‘boom’ de los libros de publicidad, las exégesis sobre la serie, las guías sobre cocteles y la moda de “Mad Men”.
La prensa también se sumó esta tendencia. La revista Newsweek sacó el lunes un número especial, retornando al que era su diseño en los años 1960, para el cual las páginas publicitarias también tuvieron que adoptar un toque ‘retro’.