Los delanteros Luis Suárez, de Uruguay, y Paolo Guerrero, de Perú, el portero de Paraguay Justo Villar y el volante de Venezuela Juan Arango, dejaron su estela en el firmamento de la Copa América 2011, en la que astros del fútbol mundial como el argentino Lionel Messi y el brasileño Neymar apenas centellearon.

Suárez, de 24 años, depositó a la celeste en la final tras dejar su marca en el orillo con un doblete sobre Perú en semifinales y abrió el camino a la gloria al marcar el primer gol de Uruguay en la definición.

Incisivo, veloz, encarador y de exuberante despliegue físico, el atacante del Liverpool inglés se convirtió en una pesadilla para las defensas rivales, apuntalado por su socio de combate Diego Forlán.

De su lado Villar, de 34 años, se convirtió en uno de los jugadores más decisivos del torneo, al guiar hacia el partido definitorio a su selección sin ganar un solo compromiso en los 90 minutos, con cinco empates y buena dosis de fortuna.

El nuevo cuidavallas del argentino Estudiantes de La Plata hizo valer su oficio bajo los tres palos en sendas definiciones desde el punto penal, ante Brasil y Venezuela, en cuartos y semifinales, respectivamente, que lo convirtieron en el héroe de la albirroja.

A su turno Guerrero, de 27 años, descargó todo su repertorio de artillería con la frialdad de un asesino serial para erigirse en el máximo anotador del torneo con cinco goles.

El futbolista del Hambrugo alemán comandó la ofensiva inca desde su estreno en la fase de grupos ante Uruguay, casi que como un navegante solitario y se mantuvo siempre al acecho.

El sábado frente a Venezuela le puso el moño a su prodigiosa faena con una tripleta, que catapultó a su selección al tercer escalón del podio luego de 28 años.

Por su parte Arango, de 31 años, fue el buque insignia de una sorprendente selección vinotinto que por primera vez en su historia se ubicó entre las cuatro mejores del continente.

Con visión de campo y sagaz lectura del juego, el mediocampista del Borussia Mönchengladbach alemán asumió un rol protagónico en la gestación del fútbol ofensivo y ejecutó con precisión un alto porcentaje de jugadas de pelota detenida que finalizaron en la red adversaria.

Así las cosas, con estrellas eclipsadas y favoritos náufragos, en la cuadragésima tercera edición de la Copa América tampoco pasaron inadvertidos los aportes del defensa uruguayo Diego Lugano, del turco Fenerbahçe, del volante chileno Arturo Vidal, flamante incorporación del italiano Juventus, y del atacante colombiano Radamel Falcao García, del Oporto portugués.