Un equipo de científicos de la Universidad de Utah en Salt Lake City (Estados Unidos) descubrió que cuando usamos tenedores grandes comemos menos que si utilizamos cubiertos pequeños.

Aunque parezca absurdo, de acuerdo al estudio publicado en Journal of Consumer Research, llevarnos porciones más abundantes a la boca nos hace consumir menos comida.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron a los clientes de un restaurante italiano durante el almuerzo y la cena, por un período de 2 días, asignándoles al azar tenedores chicos y grandes. Luego se volvieron a rotar los cubiertos.

Para medir la cantidad ingerida por cada persona, los platos se pesaron antes y después de ser llevados a los comensales.

Según los encargados del sondeo, “la respuesta fisiológica de la sensación de saciedad llega con un retraso de tiempo. En su ausencia, las personas se centran en la señal visual para evaluar el progreso objetivo del plato”.

Entre esas “pistas” estarían el tamaño del bocado que nos llevamos a la boca, indica revista Muy Interesante.