El convenio internacional suscrito por nuestro país que permite la venta y el uso de semillas modificadas genéticamente fue analizado en la región de La Araucanía por parlamentarios de oposición y de gobierno, quienes coinciden en los peligros de su aprobación en el Congreso Nacional.

El senador Jaime Quintana se formó la convicción que el convenio internacional que aprobó el Congreso para el uso de semilla modificada genéticamente era un proyecto que Chile no estaba obligado a suscribir, por lo que votó en contra, asegurando el parlamentario que se convenció de que abre las puertas a los trangénicos.

Por su parte el diputado René Manuel García, señaló que es urgente legislar en materia del uso de semillas transgénicas, fundamentalmente por las consecuencias que su utilización puede provocar en los seres humanos.

El proyecto considera protecciones a los obtentores vegetales, es decir aquellos que vienen desarrollando mejoramiento genético, lo que va en contraposición de quienes desde hace mucho tiempo en los sectores campesinos de Chile sacan la semilla del año anterior, ciclo ancestral de los pequeños productores de nuestro país que se termina.