El presidente Luiz Inacio Lula da Silva se sumó el lunes a la ofensiva de su candidata a sucederlo, Dilma Rousseff, en un mítin político en Ceilandia, ciudad trabajadora de las afueras de Brasilia, donde pidió el compromiso de sus seguidores para ganar las Presidenciales del 31 de octubre.

Dilma Rousseff | Wikipedia

Dilma Rousseff | Wikipedia

Lula prometió intensos 20 días de campaña en la que estará plenamente implicado: “Vamos a recorrer este país entero”, dijo ante centenares de trabajadores del extrarradio de la capital brasileña.

“No podemos pensar que tenemos la elección ganada antes de la elección (…) no nos vamos a quitar más nuestras camisas, nuestros adhesivos, nuestras banderas” en los próximos 20 días de campaña, clamó el popular presidente junto a su delfina, y vistiendo como ella una camisa roja, el color de su Partido de los Trabajadores (PT).

La primera encuesta tras la primera vuelta de las elecciones divulgada el pasado fin de semana por el instituto Datafolha dio a Rousseff 48% de la intención de voto, frente a 41% del candidato opositor socialdemócrata José Serra, mostrando que la candidata de Lula perdió electores en la recta final de la campaña, que le impidieron ganar la elección en el primer turno electoral hace una semana.

“Ocurrió contigo, Dilma, lo que ocurrió conmigo en 2002 y 2006, cuando tampoco gané en el primer turno electoral. Sólo puede ser el dedo de alguien allí encima, sería muy fácil tu haber sido electa en el primer turno, con 50% de los votos”, afirmó Lula.

El popular mandatario, que no había hecho ningún comentario público hasta ahora sobre el resultado de las elecciones del domingo 3 de octubre, defendió la continuidad de su gobierno, que sacó a 29 millones de brasileños de la pobreza.

Los fundamentos están listos, “ahora tu vas a construir la casa para que vivamos de forma más decente”, dijo Lula, que también apoyó en el mismo evento al candidato a la gobernación del distrito federal que sirve a la capital, Agnello Queiroz.